Bolivia, próximo destino del trabajo de Manos Unidas. Tras apoyar la educación de chicas jóvenes en Ruanda en 2024, Manos Unidas ha puesto sus ojos en Bolivia. Esta oenegé para el desarrollo de los países más desfavorecidos vinculada a la Iglesia católica celebró en Barbastro una reunión anual. El encuentro sirvió tanto para ofrecer el balance de la campaña anterior, como para presentar la de este año y su el lema: «Compartir, nuestra mayor riqueza».
Bolivia, destino de 2025
En esta ocasión, los responsables de Manos Unidas se han comprometido a sufragar un programa de desarrollo en las comunidades de Montegrande y Mendoza. Situadas en el altiplano del país, la sequía está comprometiendo su seguridad alimentaria. Así, la ayuda se destinará a modernizar su agricultura. Se busca ampliar la variedad de los cultivos y la eficiencia y modernización del riego así como del abono. Con ello se garantizará el acceso estable a los alimentos necesarios y se prevé que puedan comercializar los excedentes de la producción. Asunto por el momento complicado debido a la escasez de los rendimientos agrarios. Las comunidades de Montegrande y Mendoza la forman unas 300 personas agrupadas en 80 familias en un hábitat muy diseminado y que se enfrenta al cambio climático.
El importe total de la campaña se sitúa en 86.732 euros. En Bolivia, el responsable de este proyecto en el terreno es Jesús Fermín Urioste.
Para conseguir este dinero, los voluntarios en la diócesis realizarán diversas actividades además de la colecta específica en las iglesias. Cabe recordar que Manos Unidas se nutre del trabajo de los voluntarios y sólo en las sede central se encuentran los profesionales.
Manos Unidas en la diócesis de Barbastro-Monzón
Al acto de Barbastro, acudieron un buen número de voluntarios de la organización, aunque la asistencia se vio mermada por la gripe. El obispo, Ángel Pérez estuvo presente para agradecer su implicación. Asimismo, recalcó que nos encontramos ante un año significativo por ser jubilar. «Sois continuadores del Misericordioso. Como María en las bodas de Caná, no miráis hacia otro lado. Y yo, que he viajado por África, he observado con orgullo cuando leo en los carteles Manos Unidas. Porque, gracias a los voluntarios el dinero llega casi en su totalidad a los más desfavorecidos». Y reveló que el mismo Papa Francisco, en su última visita ad limina, le afirmó que «Manos Unidas, sin duda, es la organización española que más llega a los desfavorecidos».
Julia Lirio Tormo, responsable de Caridad de la diócesis de Barbastro-Monzón, al hilo del Jubileo 2025 subrayó que «se trata de restablecer la vida digna que toda persona lleva. Desde Manos Unidas se hace realidad. Somos peregrinos de la esperanza y la diócesis os necesita».
Asunción Bardají, de Manos Unidas, explicó el lema de 2025 que incide en que «sólo cuando la prosperidad llega a todos, es una prosperidad justa». E informó de que según las estadísticas de organismos internacionales 1.200 millones de personas en el planeta sufren pobreza multidimensional severa.
Por su parte, la delegada de la entidad en la diócesis, Genoveva Buatas explicó el proyecto de Bolivia y Víctor Parrilla, responsable de economía rindió cuentas de las gestión económica. En ella cabe apuntar a que 40.161’13 euros recaudados en 2024 de los 81 mil totales se debieron a actividades promovidas por los voluntarios (rifas, mercados…) y 22.905’43 a la colecta en las iglesias. A esto hay que sumar otros donativos de particulares, colegios, instituciones o empresas. Manos Unidas, además, se somete cada año a auditorías económicas.