Este pasado viernes 22 se conmemoró la festividad de santa Cecilia, patrona de los músicos, que celebramos este año mirando a quienes se están formando en este mundo de notas y acordes: la Escuela Municipal de Música y Danza de Barbastro. Como en buena parte de las iniciativas musicales de la ciudad, el nombre del sacerdote Julio Broto sale a relucir. También en los inicios de esta escuela, pues fue él quien la impulsó y dirigió durante sus primeros años, desde su fundación, en 1977, y hasta los años 2000. Rosa Corts, José Enrique Moreno Gistaín y Belén Castel componen la nómina del resto de profesionales que se han puesto al frente hasta el actual “mandato” de Iván Davias.
La Escuela Municipal de Música y Danza de Barbastro comenzó como una filial del Conservatorio de Zaragoza y luchó por un reconocimiento oficial como centro de enseñanza que llegó (y quedó adscrita al Conservatorio de Huesca), pero que se revocó en los años 90 por la ley de Educación de la época, la LOGSE.
Ahora, explica Iván Davias, ofrecen un punto intermedio entre una academia privada y una escuela con títulos oficiales. “Aquí llega desde quien se quiere acercar a la música como actividad extraescolar hasta quien quiere algo más oficial. Jugando con un público heterogéneo, nuestro plan de estudios mira a los modelos oficiales”, explica el director. Así, ofrecen formación musical básica y asignaturas grupales como los combos, el coro o la minibanda. Y preparan al alumnado para acceder al cercano conservatorio de Monzón. La tendencia a la oficialidad se combina con la atención a otras áreas, como la danza o la música moderna.
Teoría y práctica
Así que, en palabras de Davias, “la filosofía pasa por que teoría y práctica vayan de la mano”. Para ello, la Escuela Municipal de Música y Danza cuenta con un claustro de 13 profesores, profesionales que imparten disciplinas como música y movimiento, lenguaje musical, grupos de coro, minibanda y combo, canto y danza. A ellas se suman las especialidades musicales. En estos momentos, piano, violín, guitarra clásica, flauta travesera, clarinete, saxofón, trompeta y acordeón y, en música moderna, guitarra eléctrica, bajo eléctrico y batería.
Este curso 2024-2025 comenzó a mediados de septiembre con unos 330 alumnos. De ellos, medio centenar corresponden a los grupos de danza, ahora sin clase por una baja laboral de la profesora. Una cifra que se mantiene en los últimos años y que no crece más por motivos de espacio y logística. “Todos los años quedan listas de espera, sobre todo en algunas especialidades musicales”, comenta el director de la escuela.
Los alumnos suelen conocer la oferta y no llegan peticiones de instrumentos fuera de la oferta. Eso sí, a lo largo de los años ha habido cambios, como pulso y púa, que ya no se imparte, el violonchelo, con plaza existente pero no cubierta. Ahora, el auge se encuentra en la sección de instrumentos de viento. “Influye la fama de las charangas –explica Iván Davias–, que ahora se han profesionalizado”.
Más allá de la escuela
La Escuela Municipal de Música se va adaptando así a la demanda, también en otros aspectos. Por ejemplo, desde hace unos años se oferta una asignatura de lenguaje musical básico, para quienes no desean tanta carga lectiva o tan solo buscan quedarse con unos conocimientos esenciales. Otro caso: los adultos. Este curso se ha conformado un grupo de diez que también asisten a clases de lenguaje musical. Destaca también los mayores en la sección música moderna, que este año fue invitado a participar en una de las actividades de Catando Somontano y el viernes pasado actuaron en un establecimiento. Y existe un coro, Gaudea, de mujeres adultas que, dirigidas por Rosa Corts participan de la apertura de la Escuela Municipal de Música y Danza a la sociedad con sus actuaciones, como la que ofrecerán el próximo mes de marzo en los Conciertos de Cuaresma en Barbastro.
Antes, y como ha sucedido en los tres últimos años, un nutrido grupo de alumnos amenizará con villancicos el encendido de la iluminación navideña, el próximo viernes 29. Los posibles futuros músicos también participan en otras acciones, como el ya tradicional Dando la nota, en el mes de junio.