Cuatro voluntarios de la Agrupación de Protección Civil de Somontano se han sumado esta semana al dispositivo del Gobierno de Aragón en Catarroja, Valencia. Ahí, en un turno de 24 horas, han colaborado en las tareas establecidas por el Puesto de Mando Avanzado (PMA) del 112 en Aragón. Entre ellas, logística, entrega de material, preparar comidas para otros voluntarios del dispositivo que han realizado en su turno, antes de regresar a Barbastro.
Quien también regresó a Barbastro el pasado lunes fue Antonio Garcés. El policía local ha formado parte de los efectivos que partieron el pasado viernes hasta Catarroja, uniéndose también al citado dispositivo aragonés. Garcés detalla a El Cruzado que el PMA se organiza en cuatro grupos: seguridad, sanitario, operativo y logístico. La Policía Local de Barbastro se adhirió al primero, con la función principal de vigilancia, por las noches, para evitar saqueos.
“Pero hemos colaborado en todo lo que se nos ha necesitado”, explica. Y enumera algunas de las tareas en las que ha participado: ayudar a una familia a entrar en su garaje, acompañar a la persona encargada del kiosko de la ONCE, entregar alimentos a personas mayores que no pueden salir de sus casas, limpiar alcantarillas o regular el tráfico, porque “no funcionaban los semáforos”, concreta.
“Cuando llegamos encontramos una ciudad devastada, con lodo por todas partes, aparcamientos anegados y el agua por las rodillas”, relata. El fin de semana ha supuesto un momento de inflexión, pues cuando Garcés ha regresado a casa, la ciudad ya se había transformado y comenzaba a verse algo más limpia. Y despejada de coches y enseres amontonados en las calles.
Entre los episodios vividos durante el fin de semana, Antonio Garcés se detiene en el acompañamiento a una familia de Valencia para ayudarles a entrar en su casa de Catarroja. “En su garaje tenían enseres que no eran suyos”, dice.
También en la relación con los vecinos de esta localidad valenciana. A pesar de perderlo todo, “aún te ofrecen lo que tienen para ayudarte, te aplauden y te invitan a comida”, indica, sin olvidar el reflejo que vio en la mirada de todos estos afectados: tristeza y rabia después de tantos días viendo las terribles consecuencias de la DANA del pasado 29 de octubre.