Público de todas las edades bailó el sábado en Colungo al ritmo que marcó el acordeón de Joan Garriga y su Mariachi Galáctico, que durante más de dos horas repasaron casi todos los ritmos festivos de la música latina y mediterránea dentro del Festival SoNna Huesca.
Bachata, rancheras, ballenato, habanera, ska… y por supuesto la rumbia, ese compás mestizo, híbrido de rumba y cumbia con denominación de origen de El Vallès (Barcelona) que él mismo ha contribuido a inventar. El público se entregó a la fiesta del SoNna Huesca y bailó hasta que cayó la noche cerrada y el cuarteto logró terminar una actuación que nadie quería que acabara, ni los artistas, ni el respetable.
“Hemos venido a ofrecerles una serie de temas rescatados de distintos naufragios musicales”, dijo Garriga en la presentación, quien añadió: “no deja de ser curioso que toquemos hoy aquí”. Con miles de fieles en su Cataluña natal, Garriga se sentía fuera de casa, en una pequeña población del Somontano oscense, Colungo, muy lejos de sus circuitos y ambientes habituales. Pero el sol se fue poniendo y el público se fue acercando a medida que los músicos dejaban de sudar y comenzaban a disfrutar.
En nota de prensa indican: “Y los catalanes comprendieron poco a poco que aquel también era su público. Señoras y señores mayores, niños que apenas sabían andar, adolescentes y gente de mediana edad, sobre todo, bailaron con frenesí. Bailó hasta el que nunca suele bailar. Y bailó una chica con una pierna escayolada y también un buen amigo del festival en su silla de ruedas. Músicos y público se ayudaron mutuamente para que la tarde del sábado fuera inmejorable. La fiesta fue grande y, en esta ocasión, el anís de Colungo tuvo poco que ver. Al menos, que se sepa”.
Joan Garriga y el Centro de Arte Rupestre de Colungo en el SoNna Huesca
El Centro de Arte Rupestre de Colungo debutaba como escenario y lo hizo con nota. La gran plaza que da acceso al parque arqueológico, con cabañas neolíticas y construcciones funerarias, tenía el tamaño suficiente para que todo el mundo pudiera disfrutar. Casi por primera vez en la historia del SoNna Huesca, la organización no distribuyó sillas –que sí se repartieron a demanda- sino que invitó al público a verlo de pie, lo que fue todo un acierto.
Fundador de Dusminguet y alma de La Troba Kung-Fú, Joan Garriga es una figura clave para entender la evolución de la música popular hecha en Cataluña durante el siglo XXI. Tiene mucho de Gato Pérez y también de Peret. Y mezcla el catalán y el castellano en el escenario con la naturalidad con la que se mezcla en Barcelona. La misma que usa para mezclar toda la música latina y mediterránea, y convertir el resultado en un estilo propio marcado por su acordeón diatónico. Marià Roch, al bajo, Rambo, a la batería y el virtuoso guitarrista Madjid Fahem (Manu Chao, La Ventura) formaban ayer, como lo hacen siempre, su Mariachi Galáctico.
En la recta final, Garriga se sorprendía de que el público le hiciera llegar peticiones concretas. “Pero si creíamos que aquí no nos conocía nadie”. Y cuando pensaron que terminaban, llegaron los bises, los demandados y los previstos, de los que hasta perdimos la cuenta para que la fiesta fuera completa. “Probablemente, muchos de ustedes no se acuerden de nosotros, pero nosotros de ustedes, sí, seguro. Gracias Colungo”.