El Ayuntamiento de Monzón, a través de la Policía Local, puso en marcha la campaña de control de la contaminación acústica con el fin de ayudar al descanso vecinal. Principalmente estaba centrada en los vehículos a motor y las concentraciones en espacios públicos donde se producen reuniones y el ocio nocturno. La campaña ha concluido con más de 250 actuaciones.
Las intervenciones han estado relacionadas con la convivencia ciudadana, vehículos y animales, entre otros. Se han levantado 20 actas de denuncia por infracción administrativa (las detectadas en materia de vehículos al contado con la previa inspección técnica en estación ITV).
La Policía Local establecía 67 puntos de vigilancia preventiva en zonas con mayor índice de avisos por estas molestias durante los últimos veranos. Los puntos con mayor presencia, fueron paseo San Juan Bosco, C/ San Francisco, plaza Europa, Rambla del Cinca Medio, parque Jaime Llorens, plaza San Juan, plaza La Aljama, Rambla de Aragón y Cataluña.
Además, en estos días se ha podido identificar y tramitar la sanción correspondiente a varios motoristas que habían subido a las redes sociales conducciones temerarias. Han podido identificarlos gracias a las cámaras de video vigilancia.
Carlos Perella, concejal de Policía Local, recuerda que “nuestro objetivo era que los vecinos pudieran descansar mejor en verano. Debido a las altas temperaturas hacen que tengamos abiertas las ventanas y es más fácil que los ruidos externos se cuelen. Esperamos haber conseguido en parte el objetivo”.
La Policía Local, explica su jefe, Daniel Saura, ha ido “equipada con sonómetros para comprobar el nivel de ruidos y han actuado en caso de ser necesario hacerlo”
¿Cómo se ha llevado a cabo la campaña de control de contaminación acústica?
El modo de operar con los vehículos ha sido el siguiente: las patrullas paraban a los vehículos que excedían los límites de ruido razonables en sus motores instándoles a pasar una inspección en la estación de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
En caso de que la prueba de control acústico arrojaba un resultado negativo, el coste de la prueba era sufragado por el Ayuntamiento. En caso contrario, se ha instado al propietario del vehículo a corregir este problema y éste abonaba, además, el coste de la inspección y el de la correspondiente sanción. Una vez corregido el problema en el taller, pasaba una segunda prueba en la ITV para comprobar la subsanación. Abriendo un plazo máximo de 10 días para corregirlo.”
Cabe recordar que superar los límites de ruido establecidos por el Reglamento General de Circulación es una infracción grave sancionada con 200 euros.