Este 1 de septiembre iniciamos el nuevo curso pastoral 2023-2024 y entraron en vigor los nombramientos que se hicieron a mediados de julio con el objeto de impulsar y coordinar la acción evangelizadora, misionera y mariana de nuestra Diócesis.
El Consejo Diocesano de Pastoral estableció en su última reunión como objetivo para el nuevo curso: Propiciar espacios de encuentro que favorezcan el compromiso bautismal y permitan a cada uno vivir la vocación específica a la que ha sido llamado (laical, consagrada y sacerdotal) de forma corresponsable (sinodal) y bien estructurada.
De este objetivo general se concretaron cuatro específicos:
- Fortalecer la pastoral familiar en los cuatro arciprestazgos y en las ocho unidades pastorales.
- Vocacionalizar todos los ámbitos pastorales diocesanos en clave de llamada-respuesta para que «nadie se pierda».
- Seguir viviendo en proceso sinodal aportando propuestas de acción concretas.
- Consolidar las nuevas estructuras diocesanas de reorganización geográfica y pastoral.
De cada uno de estos objetivos, en cada delegación (anuncio, caridad, celebración y comunión) se han de priorizar acciones concretas que pueda ser evaluables y que pueda reforzar otros sectores pastorales.
De esta forma lograríamos simplificar el número de actividades y trabajar de forma mucho más unitaria, corresponsable y sinodal. Se trata de que se vaya cristalizando en nuestra diócesis una reestructuración geográfica y pastoral que nos permita llegar a la realidad concreta de las comunidades cristianas donde se deben prestar todos los servicios pastorales que nuestro pueblo necesite.
La diócesis la integramos personas dotadas de miles de gracias con las que el Señor nos ha adornado. Si nos atrevemos a poner al común lo mejor de cada uno lograremos el milagro de hacer de nuestra Diócesis una verdadera familia de familias que humaniza y diviniza la tierra que habitamos. ¡Gracias por sumarte a este fascinante proyecto humanizador!