La chef Iris Jordán, de raíces barbastrenses, trabaja junto a su hermano Bruno en el restaurante familiar, el restaurante Ansils. Recientemente se han proclamado ganadores del Campeonato de España de Tapas y Pinchos, del certamen Madrid Fusión y, a su vez, ha conseguido alzarse como la tercera Cocinera Revelación 2024, también en el mismo concurso.
¿De dónde surge su pasión por la cocina?
A los seis años me mudé al valle de Benasque y me crié en la cocina del restaurante Ansils. El amor hacia la hostelería ya me surgió allí y siempre tuve muy claro que quería ser cocinera. En cuanto terminé la ESO empecé a estudiar cocina, lo que siempre he querido. Pero no me imaginaba que terminaría en el restaurante donde me crié, aunque así ha sido mucho más bonito.
En 2024 el restaurante cumplirá 40 años.
El restaurante lo creó mi abuela con mi padre en 1984. Ahora mi abuela se iba a jubilar y el restaurante no podía continuar. Nosotros vivíamos en grandes ciudades, como en Madrid, y decidimos volver al pueblo. El cambio fue mágico. De joven quieres irte del pueblo, conocer mundo y salir de las montañas. Cuando volví y conecté con mi entorno, se me desataron muchos sentimientos frente a la cocina y a mi territorio.
Trabaja con su hermano Bruno.
Siempre digo que lo bueno es mucho más bueno que en cualquier otro lado y lo malo es mucho más sentimental. Pero yo he tenido la suerte de que mi hermano y yo siempre nos hemos considerado uña y carne, hermanos y mejores amigos. Creo que es muy bonito continuar un negocio con la persona que quieres, poder cumplir tus sueños juntos y sentir en cada momento lo mismo los dos.
La base de Ansils: la tradición.
Buscamos trabajar con la tradición y en este valle antiguamente disponían de muy pocos productos y los recetarios, muy básicos. Allí entra la innovación. ¿Cómo podemos seguir potenciando nuestras raíces para llevarlas a la alta cocina y conservarlas?
¿Y la inspiración?
Visitamos diferentes pueblos del Pirineo preguntando a los vecinos sobre las recetas tradicionales y buscando recetarios. También hemos estudiado sobre nuestra cultura. A raíz de eso, el trabajo se facilita bastante.
Trabajáis con producto de proximidad.
Por ejemplo, les pomes d’Ansils. Ese producto nunca nos falla, en temporada teníamos tres platos diferentes. Intentamos trabajar y apoyarnos en los intermediarios más cortos posibles.
Premio a la mejor tapa de España. ¿Cómo lo recuerda?
Con mucha emoción, y más al vivirlo junto a Susana. En un concurso no sabes qué te espera, siempre piensas lo peor y sueñas con el primer puesto, pero nunca te fijas esa meta porque te puedes llevar un disgusto. Cuando veo los videos lo vuelvo a vivir porque en ese momento te bloqueas. Siento que se trata de la recompensa por todo el esfuerzo y por todo lo que nos hemos movido para que el Ansils se vea por el mundo.
Susana Marqueta, de Barbastro.
Susana es la novia de mi hermano Bruno, familia. Además, lleva un año más que yo en Ansils. Cuando tuve que crear la tapa, casi acabábamos de heredar el restaurante y el año anterior habíamos ganado el concurso provincial. Tenía tanta presión que no encontraba inspiración. Un día llegó Susana con una nueva idea y consiguió que nos desatascáramos. En la cocina puedes figurar como el nombre o la cara visible, pero con un buen equipo, el trabajo es de todos.
Tercera Cocinera Revelación.
Para mí, un sueño. Yo decía de antemano que figurar entre los ocho seleccionados de España se trataba de algo inalcanzable. Iba sin ninguna pretensión, además, conocía a todos los de la lista y consideraba que contaban con un proyecto alucinante. Por lo que no me imaginaba que fueran a decir mi nombre en el tercer puesto. Sentí mucha felicidad y me preguntaba: ¿en serio ha pasado? Yo pensaba que me habían puesto de relleno en la lista (ríe).
¿Su aspecto favorito de cocinar?
Transmitir. Si algo me enorgullece de nuestro producto es poder contar y transmitir sobre nuestra cultura. También aportar nuestra filosofía, que va más allá de la cocina y se centra en el estilo de vida. Luchamos por eso, queremos que la experiencia vaya más allá de sentarse a comer, nuestro deseo reside en que disfruten de todo lo que les está aportando ese momento.