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Da igual donde vayas, siempre habrá un barbastrense

Tres barbastrenses se encontraron de forma fortuita en Düsseldorf, a 1441,8 kilómetros de Barbastro, para animar a la selección española en la Eurocopa

Andrés Masgrau, Jaime Sánchez y Carlos Buil, tres barbastrenses en Düsseldorf. Fotografía: S.E.
Jorge Mazón García Mazón García
05 julio 2024

Barbastro es infinito y sus gentes todavía más. Vaya a donde vaya uno, siempre cabe la posibilidad de encontrarse con un paisano. ¿Un conocido? ¿Alguien que conoce de vista, pero con el que jamás se llegó a saludar? ¿Alguien que no le cae en gracia? Da igual, porque siempre hace especial ilusión ver a alguien de tu tierra fuera de su hábitat natural y le saludarás como si de un familiar se tratase. Si el mundo es un pañuelo, los barbastrenses son el paquete que lo envuelve, porque allá donde vayas, siempre puedes coincidir con uno.

Actualmente, se está jugando la Eurocopa, el torneo de selecciones por excelencia en el territorio europeo. La selección española, al juvenil ritmo de Lamine Yamal y Nico Williams están poniendo a bailar a medio continente, generando una ilusión que hace no mucho se vio mermada. Por ello, cada vez son más los adeptos que confían en ‘La Roja’ y, por supuesto, los barbastrenses no iban a ser menos. Así pues, algunos se han acercado a las tierras germanas para apoyar al combinado nacional, donde accidentalmente, como no, se han encontrado.

Andrés Masgrau, a ritmo de la selección

Andrés Masgrau es un ferviente seguidor del fútbol, muy aficionado al Real Zaragoza, a la UD Barbastro y a la selección española. El barbastrense decidió acercarse a la Alemania junto a un grupo de amigos de diferentes regiones de Aragón para no perderse la cita. “Yo fui allí cinco días. Fui el viernes a Düsseldorf y volví el martes”, comenta. “Estuve en el España-Albania, donde ganamos 1-0, y luego fuimos a Düsseldorf, que era la sede donde jugaba España. Muy cerca de Düsseldorf había otras tres sedes en Colonia, Dortmund y Gelsenkirchen. El ambiente era una pasada. Había aficionados de todos los países que jugaban en esas sedes”, recuerda.

“Con la gente de Barbastro nos juntamos de forma fortuita en una calle céntrica de Düsseldorf el día de antes de España Albania. El encuentro fue casual. Eran dos chicos de Barbastro que iban con uno de Huesca. El de Huesca gritó “¡Huesca, Huesca!”, y yo grité “¡Barbastro!” y uno de ellos me conocía de las fiestas porque se hace del Triangulé -una de las peñas de Barbastro-“. De la misma manera, “al día siguiente, en el España-Albania, estuvimos en la previa, nos volvimos a encontrar y estuvimos un rato todos juntos”.

Masgrau tiende a viajar con la bandera de España, la cual tiene serigrafiada el nombre de “Barbastro”. “Me la hice hace varios años y la he llevado a la Eurocopa del 2021, a Sevilla, al España-Eslovaquia, y ahora al España-Albania, también la uso para seguir también al Barbastro”, comenta. De la misma manera, reconoce que también “había mucha gente de Aragón”, destacando la presencia de vecinos de Uncastillo, Biescas, Sabiñánigo o Zuera.

Carlos Buil, un “hijo adoptivo” de Alemania

Otro de los protagonistas de esta historia es Carlos Buil, barbastrense de 24 años. Actualmente, reside en Baden-Baden desde hace ya ocho meses, cuando decidió probar la experiencia de trabajar fuera de España. El joven barbastrense solicitó las entradas en diciembre a través de un sorteo organizado por la UEFA y le tocó. Buil invitó a tres amigos, uno de ellos, Jaime Sánchez, también de Barbastro.

“La experiencia de la Eurocopa es increíble. Es una pasada”, afirma Buil. “Fuimos un día antes a Düsseldorf porque había ambiente. Cogimos un piso en el centro y, cuando llegamos, estuvimos viendo la ciudad. Llegamos a un sitio donde había muchísima gente de Aragón en una misma zona. Ahí nos encontramos con Andrés Masgrau”, relata. “Nos quedamos con ellos. Había mucha gente y mucha ambiente”, comenta.

A su alrededor, pudo ver que “había gente con trompetas, otros con bombos,… Es una locura, hay muchísima gente de todos los países. Es una experiencia inolvidable”. Un día después, “fuimos a la fan zone, donde había muchos espectáculos y juegos para niños”. Además, “también estaba la televisión y nos entrevistó La Sexta y TVE”. De la misma manera, también hicieron la previa con los de la Marea Roja, una peña de la selección española.

Jaime Sánchez y un sorteo inesperado

Finalmente, Jaime Sánchez, también de Barbastro y de 24 años de edad, acudió a la cita gracias a ganar el sorteo de las entradas. “No teníamos previsto ningún viaje a Alemania. Todo empezó cuando Carlos y yo nos apuntamos a un concurso de entradas y le tocaron a él cuatro entradas para la fase de grupos y nos asignaron el partido de España-Albania”, comienza a explicar. “En cuanto le tocó, me llamó y planeamos el viaje. Todo empezó ahí”, afirma.

Con las entradas ya en su disposición, “empezamos a mirar con antelación el Airbnb, viajes, vuelos para que saliese económico. Llegado el día, marché para allí. El apartamento estaba en el centro de la fiesta y el ambiente. La verdad es que agradecimos mucho estar allí porque conocimos a aficionados de muchos países”, cuenta. A su vez, confirma que “había un montón de aficionados españoles. Animábamos un montón”.

En cuanto al encuentro con Andrés Masgrau, relata que “fue el día de antes, cuando dejamos todo en el apartamento y salimos a los bares. Vimos a un grupo con la bandera del Zaragoza y nos encontramos con Masgrau. Fue muy fortuito y súper inesperado”.

A nivel personal, considera que “el estadio era muy bonito a pesar de ser un estadio de segunda división, estaba muy bien ambientado”. A su vez, le sorprendió la cultura de la cerveza en Alemania. “Costaban diez euros, siete eran las cervezas y tres eran el vaso. Si devolvías el vaso, te devolvían los tres euros, pero nosotros nos lo quedamos”. También, por la noche, aprovecharon para festejar la victoria: “A pesar de haber ganado España, hubo pocos españoles y muchos albaneses. Me sorprendió”.

Tras la victoria de la selección, todos, a excepción de Buil que continúa allí por motivos laborales, regresaron a Barbastro. 1441,8 kilómetros de vuelta hasta llegar a casa tras haber disfrutado una experiencia que consideran única y que, hasta el momento, continúa, dado que España sueña con poder levantar por cuarta vez el título de la Eurocopa.

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