Creo que es una apuesta segura. Si el Alto Aragón fuera una canción, todos, sin excepción, señalaríamos hacia el mismo sitio: La Ronda de Boltaña. Da igual la edad, es inequívoco.

Hace pocos días, la Peña El Cachirulo de la Casa de Aragón en Madrid les concedía el “Cachirulo de Honor” por su trayectoria y su inquebrantable aportación al folclore aragonés. Con un concierto en la Cátedra Mayor del Ateneo de Madrid, sonaba fuerte en la capital eso de: “Tu tierra estará viva mientras viva en ti”.
Definirlo como folclore se queda corto. Si tuviéramos que buscar una descripción acorde, me quedo con la explicación que me dio Manuel Domínguez, miembro de la Ronda de Boltaña, en una entrevista que le hice para mi Trabajo de Fin de Máster (TFM). Encontró en dos palabras todo un mundo: “Somos militantes culturales”. Transmitir el orgullo, la satisfacción y la alegría de formar parte de la vida altoaragonesa y su cultura con un propósito: invitar a valorar lo nuestro, decía.

Un valor que las notas trasladan sin excepción a todas las generaciones. A mis abuelos, por la melancolía, a mis padres por la esperanza y a los jóvenes, por orgullo de sentirnos herederos de esta identidad que va casi de la mano de una promesa de un futuro que, aunque cambiante, siempre estará anclado en nuestra tierra. Cada uno a su tiempo, cada cual a su manera y cada quién con su interpretación, pero siempre al unísono.