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Manolo Garrido Al levantar la vista
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Defender la vida

Manolo Garrido Al levantar la vista
18 marzo 2024

Reconozco que la decisión de la Asamblea francesa de blindar el aborto al declararlo derecho fundamental y la perspectiva de incluirlo en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea me ha causado una pena grande. El júbilo con que ha sido recibida esa votación en algunos medios supone un golpe de realidad y a la vez un compromiso personal para defender los derechos de los más débiles, de los aún no nacidos.

Algunos medios hablan del mensaje que Francia ha dado al mundo, con una protección constitucional del derecho al aborto que sería algo más que un símbolo ante amenazas contra derechos conquistados. Se presenta como un avance para los derechos de las mujeres en Francia y se anuncia como un camino a seguir al resto del mundo. Parece que el paso siguiente será la objeción de conciencia de los médicos.

Al valorar la decisión francesa, el catedrático Rafael Domingo sostiene que “estamos ante la radicalización del principio individualista que tiene su reflejo en lo que se denomina como independencia ética”. Para este profesor hay que dejar de lado este individualismo para centrarnos en lo que denomina libertad solidaria y que dice a los demás “tu vida me interesa”. Sostiene que tiene que haber una política de acompañamiento porque la vida nos interesa a todos.

No comparto nada esta agenda global de arquitectura social que se está armando en los últimos años. Urge defender la vida y plasmar este respeto en las legislaciones y hacerlo en los ámbitos de cada uno, aportando lo que uno pueda, que es más de lo que parece, o sumando a las iniciativas de otros. Todo, menos la parálisis y la queja. Este domingo se celebró en Madrid el Día Internacional de la Vida, que resultó una multitudinaria convocatoria y que supone un no al silencio que da la batalla por perdida. La denuncia de la enorme diferencia entre los fondos que ayudan a las madres embarazadas y aquellos destinados al aborto confirma la dejadez y el complejo de inferioridad que atenaza a muchos bien pensantes. Resultó muy esperanzadora la presencia de miles de jóvenes.

Hay que defender los derechos de las mujeres, y hacerse cargo de las circunstancias y dificultades, pero respetando y alentando la continuación del aún no nacido. En una sociedad tan altamente cualificada y dotada de recursos, resulta penoso que no se atiendan como merecen estas mujeres que sufren en soledad la posibilidad del aborto. Todo el apoyo y la comprensión desde una sociedad que debe establecer recursos suficientes para facilitar la viabilidad de nuevas vidas.

Urge dar salida a los grandes deseos y sentimientos que anidan en cada persona. Lo hemos recordado en el 20º aniversario del 11-M, ejemplo imborrable de tantos casos de heroísmo social y de poner por encima de todo las necesidades de los que sufren. Vamos a una sociedad del cuidado, en la que la autonomía personal convive con la interdependencia y la vulnerabilidad.

Este martes 12 el Diario del Alto Aragón titulaba “La soledad no deseada, un problema en auge ligado al envejecimiento”, con datos del Observatorio de la Soledad en Aragón. Son problemas que ya nos afectan a todos y pienso con Isabel Sánchez, autora de Cuidarnos, que “es momento de forjar líderes que conciban el cuidado de la familia humana y de su entorno natural, como un propósito vital”.

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