Alto Aragón

El actual desabastecimiento de medicamentos no genera alarma, pero sí alto malestar

La persistente falta de algunos nombres de medicamentos está acarreando más carga de trabajo en farmacéuticos y en médicos

medicamentos
En las farmacias invierten mucho más tiempo en buscar las medicinas que precisan sus usuarios. Una circunstancia que no tiene visos de terminar. Foto: Lola García
Lola Gª Casanova
19 agosto 2024

A las puertas del centro de salud de Barbastro charlamos con Miguel López, quien acaba de acudir a una consulta. Con sentido del humor afirma: “Sin problemas, y eso que me paso el día empastillado. No me encuentro como cuando tenía 50 años, ni 60 pero voy tirando a pesar de la artritis y alguna cosilla más. Los medicamentos que me receta el médico los obtengo sin ningún problema. Y en la farmacia, tampoco me han comentado que hubiera dificultades”, afirma.

Como él, Carmen Buatas, quien se toma su pastilla diaria para la tensión, tampoco se ha enfrentado a cambios en sus fármacos. Ni Enrique Amat, quien nos asegura que no ha sufrido ningún contratiempo con las recetas, “siempre las he encontrado disponibles”, concluye.

Así, a pie de calle, no parece que existan dificultades en el mercado farmacéutico. Pero sí es cierto que algunas presentaciones y nombres no se hayan en los establecimientos cuando uno las demanda.
El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Huesca, Ángel Mas Farré, expone que: “Hablar de desabastecimiento de medicamentos puede generar una alarma que, en realidad, no existe”. De todos modos, y aunque Mas subraya que no estamos viviendo una situación crítica en cuanto a falta de medicinas, no oculta que sí existe escasez de algunas. “No resulta tan llamativo como lo que pudimos vivir hace unos años, ya que la alternativa terapéutica de la farmacia comunitaria resulta muy amplia y con opciones. El desabastecimiento de medicamentos en estos momentos ofrece un carácter puntual. Y como contamos con una oferta tan amplia, en general, se sustituye por otro con relativa facilidad y no tiene por qué verse afectado el usuario”. Aunque, en ciertos casos, el paciente deberá volver a consulta para otra receta.

Según hemos podido recabar, un buen número de enfermos cardíacos sí ha visto cómo variaba su medicación por este motivo.

No disponer de un fármaco en un momento concreto no implica que no se halle en otro lugar. Por ello, durante la época de la Covid nació entre las farmacias un servicio de comunicación que ha derivado en el Farmahelp. Viene a ser un canal de mensajería instantánea (similar al WhatApps) que utilizan farmacias cercanas. Así, si una receta no se encuentra disponible en su farmacia puede ser atendida por otra de un lugar próximo, de su misma localidad o de una población vecina.
Medicamento extranjero

Otro camino para atender las necesidades del paciente pasa por el denominado “medicamento extranjero”. En este caso, ante la imposibilidad de conseguir en España un fármaco en concreto y sin que exista una alternativa para sustituirlo, el médico de cabecera se pone en contacto con la farmacia del hospital y ellos cuentan con la capacidad de pedirlo a otro país. No obstante, el colectivo farmacéutico muestra ciertos recelos ante esta vía. Como expresa el presidente del Colegio Oficial de Huesca: “Contamos con muchos farmacéuticos formulistas que se encuentran capacitados para elaborar esa receta concreta con fórmula magistral. Esta posibilidad, la de producir aquí mismo el medicamento, resultaría –casi con seguridad– más económica y rápida que traerlo desde otro estado. No oculto que comprar un principio activo conlleva un riesgo y un desembolso, pero el beneficio se quedaría en casa”

En estos momentos, este camino se ve plenamente obstaculizado ya que la ley no lo contempla. “Al no permitirlo la legislación, nos encontramos con las manos atadas”. Sin embargo, este deseo de los farmacéuticos de Aragón (de poder formular en caso de que fuera necesario) ya está sobre la mesa de la Consejería de Sanidad. “Queremos cambiar esta disposición y, de hecho, me consta que, en Aragón, hay voluntad”, comenta Ángel Mas.

La falta de medicamentos en las farmacias

Aunque a las puertas del centro de salud de Barbastro no nos topáramos con pacientes afectados por el desabastecimiento de medicamentos, este problema se hace presente todos los días en las farmacias.

Maixa Pérez de Leceta, farmacéutica en Barbastro, así lo confirma: “Esta situación lleva enquistada más de un año, si bien, en estos momentos, no es peor que en meses anteriores”. Otras farmacias también han manifestado que el sector, en su conjunto, atraviesa una situación incierta en cuanto a la disponibilidad de determinados nombres de medicamentos. “Por ejemplo, no llega paracetamol en sobre. Se puede sustituir con facilidad por otra presentación como pastillas, pero en sobres no se encuentra. Otras veces ocurre al revés; sí en sobres y no en comprimidos”, comentan fuentes del sector.

Respecto a las causas de esta carestía puntualizan que lo desconocen. “A nosotros nadie nos da explicaciones. Ni de los motivos de que no haya, ni de cuánto tiempo durará esta situación. Todo lo que te pueda decir son deducciones y conjeturas personales”, aclara Pérez de Leceta.

Esta situación conlleva más carga de trabajo en las farmacias. “Nos esforzamos por dar servicio porque de ahí emerge el pilar de nuestra labor”, afirman. En algunas ocasiones el medicamento existe, pero se encuentra restringido. Así que al paciente no le queda más remedio que dar vueltas y buscar dónde encontrarlo. En general, las farmacias buscan alternativas y, en la mayoría de las ocasiones, a coste cero. “No cabe duda de que ahora le dedicamos mucho más tiempo a los pedidos”, señalan. En general, apuntan, no debemos ser alarmistas. Aunque, con sinceridad, cuando no se dispone del medicamento concreto se genera una cierta preocupación entre la población.

Problemas con insulinas

Los medicamentos destinados a tratar la diabetes se han topado con dos problemas que han ocasionado un severo desabastecimiento. Por un lado, las inyecciones para el tratamiento de la diabetes tipo 2 que, como efecto secundario, producen pérdida de peso. Este hecho las ha convertido en objeto de deseo de muchas personas que quieren adelgazar. Y, por otra parte, la insuficiencia de dispensadores para insulina. De hecho, ya existen varias farmacéuticas que trabajan sobre la idea de un cartucho recargable de insulina para evitar el uso del plástico.

Que estos medicamentos destinados a la diabetes sirvan también para combatir el sobrepeso ha supuesto un quebradero de cabeza. “Existe desabastecimiento de muchos productos, como ansiolíticos, antidepresivos, ibuprofeno y paracetamol dependiendo de la presentación –expone el coordinador médico del centro de salud de Barbastro, el doctor Javier Martín–. Pero en especial de los que combaten la diabetes”. Esto obliga a estos sanitarios a ir saltando de un nombre comercial a otro. “La receta cuenta con una vigencia de diez días. Si en ese periodo de tiempo no llega, el paciente debe regresar a consulta para que le expidamos otra. Y así. Supone un quebranto para todos porque suelen faltar los tres o cuatro productos del mismo grupo. En muchas ocasiones, no es tan sencillo sustituir”, añade.

Recuerda que con esta situación llevan casi dos años conviviendo y que, desde el colectivo médico “nada podemos hacer. Lo hemos comentado en numerosos foros. Sin embargo, no está en nuestras manos la solución”. Y lamenta que suponga una presión más en el trabajo de estos profesionales. “Parece que nos hemos acostumbrado a todo y ni protestamos, ni decimos nada. Bastante apurados andamos ya de trabajo como para ir cambiando recetas todos los días”.

Bolsas de orina

En España más de 200.000 personas necesitan una bolsa de orina. Y aquí sí encontramos un grave problema de suministro. Bolsas de orina, pero también de bolsas para camas o inyectables de insulina. “El verdadero quebradero de cabeza lo vivimos con el plástico”, asegura Ángel Mas.

En cuanto a las bolsas de orina se ha vivido un “verdadero tormento”, expresan desde las farmacias. El origen de este desabastecimiento hay que situarlo en el cierre de una planta en Alemania que suministraba a varias empresas fabricantes. “En Europa la situación se está normalizando, pero aquí el problema persiste”, apuntó en mayo a los medios de comunicación Anxon Queiruga, presidente de Cocemfe (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica).

Cabe señalar que en el marco legal de regulación de productos sanitarios no se establece una obligación para los fabricantes de garantizar el suministro, como sí ocurre en el caso de los medicamentos.

Estos productos de uso diario y permanente resultan imprescindibles para asegurar, no solo una vida independiente y una calidad de vida digna, sino también su salud, ya que son dispositivos que evitan infecciones y otras complicaciones por la exposición a la orina.

“No disponer de las bolsas de orina que necesitamos es un enorme riesgo para la salud y puede provocar infecciones urinarias”, informan. Todo un calvario que han vivido usuarios, familias y farmacéuticos. “En más de una ocasión hemos llegado a comprar nosotros la bolsa a un precio superior al que se nos permite venderla al usuario. En estos momentos la Seguridad Social ya nos abona la diferencia, pero no ha sido siempre así”, explican desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Huesca.
A pesar de que el problema persista ya se han encontrado otras vías, aunque como nos explica la familia de un afectado de Barbastro “algunas de las nuevas bolsas presentan, sin lugar a duda, una calidad inferior y se producen roturas que antes nunca habíamos visto. Pero al menos ya no sufrimos el sobresalto de quedarnos sin ellas”.

Ortopedias

Los problemas derivados del equipamiento sanitario que utilizan plástico en su fabricación nos llevaron hasta las ortopedias. Ahí comercializan todo tipo de productos como barandillas, sillas de ruedas, colchones y sillas antiescaras… sin embargo, el sector opera con total normalidad. Así lo confirma Sosy Cugat en Barbastro: “No existe ningún problema de desabastecimiento. Sólo algún distribuidor puede servir con un poquito de retraso. Pero estamos hablamos de demoras de tan solo dos o tres días”.

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