Somontano

Sergio Lueza Sanchón: «El cambio a la vida rural es la parte más positiva de la historia»

Sergio Lueza tenía claro que quería mudarse de la ciudad a su pueblo, Alquézar. Y ahora lo ha conseguido gracias a su nueva ilusión: el Hotel Vinoteca Alquézar

Sergio Lueza Sanchón en su vinoteca. Foto: S.E.
Cristina Lanau Carpi Lanau Carpi
22 enero 2024

Cuando la Unión Europea apostó por el medio rural, no lo hizo solo a través de las ayudas de su Política Agraria Común. También optó por diversificar y dotar a las comarcas que viven del sector primario de servicios complementarios. Para ello, constituyó unos fondos que debían invertirse en lo que cada territorio considerase prioritario. Habían nacido los fondos Leader y los Grupos de Acción Local (GAL). 

De aquello han pasado 28 años. Casi tres décadas en las que, en el caso del Somontano, su Centro de Desarrollo se constituyó para decidir a dónde se dirigirían esos fondos públicos. Uno de los 20 GAL que existen en Aragón y del que forman parte instituciones, asociaciones empresariales, organizaciones agrarias, asociaciones de consumidores… “Los grupos más representativos que puedan tener una visión comarcal”, detalla Paloma Fábregas, gerente del CEDER Somontano, sobre la composición. Ahora han presentado su Estrategia Lader 2024-2028.

Sergio Lueza Sanchón, Hotel Vinoteca Alquézar

Sergio Lueza vivía cerca de Barcelona, pero parte de sus raíces se remontan a Alquézar, donde ahora ha comenzado su nuevo proyecto: el Hotel Vinoteca Alquézar. “Mi pareja y yo siempre habíamos querido mudarnos a Alquézar, ya que mi madre era de aquí y toda mi infancia la he vivido aquí. Habíamos intentado algún plan para venir, pero al final lo hemos conseguido gracias a este negocio, un pequeño hotel con wine bar  (vinoteca) incluido”.

“Queríamos que el negocio girase en torno al vino porque estamos en una zona que se presta a ello y porque es mi otra gran pasión. De hecho, hemos hecho un cambio de vida de otros sectores para dedicarnos a esto, estudiar sumillería y especializarnos en el tema”, añade.

Lueza ya vivía en la villa desde hace dos años y precisamente conoció las ayudas a raíz de una charla en el ayuntamiento. “Intentamos optar a la ayuda para todo el edificio, pero los plazos de ejecución eran inviables. Al final hemos obtenido una ayuda pequeña para material y equipamiento complementario, unos aspectos que sí que podíamos cumplir en un año”, explica. Confiesa que las ayudas “han sido un complemento. Económicamente venimos de una época complicada con muchas subidas y la subvención nos ha permitido mitigarlas un poco”, añade. 

La vinoteca abrió sus puertas a finales de julio y el hotel en septiembre. “Estamos contentos porque la experiencia de la gente y los comentarios son muy buenos. Además, llevamos poquito y que la gente valore el esfuerzo que haces recompensa bastante”, confiesa.

“Obviamente nuestra vida era más cómoda antes, pero queríamos un negocio que nos permitiera vivir en un pueblo. Nuestra ilusión era dejar la ciudad, poder venir al entorno rural y poder vivir de ello. No pretendíamos hacer un negocio extremadamente rentable, solamente queríamos vivir aquí. De hecho, el cambio de la ciudad al pueblo es la parte más positiva de toda esta historia”, expone.

Actualmente el Hotel Vinoteca Alquézar tiene siete habitaciones, “pero la idea es acabar el hotel, que tampoco nos corra prisa. Un aspecto que sí queremos trabajar es las experiencias con el vino y empezar a colaborar más estrechamente con productores de la zona, hacer actos y presentaciones juntos, y dar a conocer productos de aquí a gente que los desconoce. Existen bodegas referentes que la gente conoce, pero no saben ni la historia de las uvas, ni que variedades autóctonas existen, ni por qué en esta zona hay vino… Queremos ayudar a romper esos estereotipos que tienen del Somontano que muchas veces frena al consumo de este vino”.

Por último, se queda con el cambio de la ciudad al pueblo “de hecho, es la parte más positiva de toda esta historia. La calidad de vida que hay aquí es incomparable; te levantas, miras por la ventana y solamente la vista que tienes es una maravilla respecto a lo que podías tener en una ciudad. También el estrés, la contaminación, es que es todo, es otro mundo. Se lo recomiendo a todo el mundo porque es una maravilla”, concluye.

Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter

Leer más
Más en Somontano