Otro año más llega la Navidad y con ella, un nuevo juego en el castillo de Monzón, esta vez, titulado ‘Monzonín y las 12 puertas mágicas’. Un juego que estará disponible hasta el 5 de enero y en el que podrán jugar niños de entre cuatro y doce años (acompañados de un adulto).
Los detalles los explicaron la concejal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Monzón, Marta Montaner Durán, y la guía del Castillo, Tere Mumbiela.
Tere Mumbiela explicó que en esta ocasión “Monzonín ha descubierto en un antiguo libro que hay más duendes en Monzón y como quiere conocerlos, los ha invitado a pasar una tarde en el castillo. Para que entren ha preparado 12 puertas mágicas que se abren con una contraseña. ¿Serás capaz de encontrar las puertas y descubrir la contraseña para que puedan entrar los duendes?”.
Para descubrirlo, se les entrega un mapa donde deben escribir al lado de cada puerta el edificio en el que está y en las casillas de abajo las letras que irán encontrando para hacer la consigna para abrirlas. Los duendes son los de: la chopera, chimenea, loberas, jacilla, muralla, plaza Abajo, Sosa, Biblioteca, Palomar, Monzonín, plaza Arriba y Morrerón. Una vez completada la hoja se deposita en una urna y entran en el sorteo de seis premios templarios que se sortearán el día 8 de enero de 2025.
El juego, se enmarca, según explicó Marta Montaner Durán, en “las acciones de dinamización que se realizan para animar a visitar el castillo en familia y recorrerlo de una manera distinta gracias al trabajo de nuestras guías Tere Mumbiela y Mariola Carpi. Por tanto, estas navidades no hay excusa para no subir a nuestra fortaleza y pasar un buen rato que además puede verse compensado con un premio”.
Camino de Santiago
Por otra parte, también han presentado una iniciativa que se está llevando a cabo desde hace unos meses dirigida fundamentalmente a escolares o grupos que quieran conocer los edificios relacionados con el Camino de Santiago en Monzón.
Una vez concretada la cita, se realiza un recorrido por ellos con una explicación por parte de la guía y se les entrega una pulsera con los monumentos que sirven de recuerdo y promoción de la misma, además de ir ataviados como peregrinos.
La rama aragonesa del Camino de Santiago vivió su momento de esplendor durante los siglos XI y XVI siendo el castillo de Monzón un importante centro de poder y comercio, y su influencia se extendió a lo largo del Camino. Los peregrinos que pasaban por la zona se detenían en el castillo para descansar y reponer fuerzas, y muchos de ellos dejaron su huella en las paredes del castillo, en forma de inscripciones y dibujos.