El colegio de Paúles de Sarsa está contra las cuerdas. Si no encuentra alumnos para el próximo curso, deberá cerrar sus puertas. Esta escuela lleva dando clase “ininterrumpidamente” desde 1989 y en 2022 podría verse rota esta dinámica. Aunque ha pasado etapas de tener “hasta 16 alumnos gracias a familias extranjeras y nuevos pobladores”, a día de hoy solo alberga a cuatro estudiantes que se convertirán en dos a partir de septiembre.
“El mayor pasa al instituto en Aínsa y otro chico de cinco años se muda a Huesca por motivos familiares. Nos quedaríamos con una niña de dos años y otro que está en quinto de primaria”, indica Milagros García-Calvo, directora del centro. Desde hace 33 años que los alumnos corren por las aulas y juegan en el recreo, algo que Milagros cree “imposible” que deje de ocurrir. “La población infantil es muy reducida. Pero se junta el tema de la vivienda. Por mucho que haya familias interesadas, no hay vivienda digna para una familia. Tener una escuela viva en una zona tan dispersa es muy importante. Si deja de funcionar sería la muerte súbita de la zona”, explica.
La profesora conoce de sobra la realidad del medio rural ya que ha estado “ocho años dando volteretas en escuelas de pueblos”. Teruel, Cantavieja, Pitarque, Santa Eulalia del Campo, en los Monegros, Castilla-La Mancha, un breve episodio en Zaragoza capital, Broto-Torla y Tramacastilla de Tena forman la experiencia de García-Calvo en pequeñas localidades. “Es un reto. Nunca me había encontrado con esta situación de falta de alumnos. En Torla, gracias a que venían guardias civiles y familiares con niños se iban cubriendo. Este año está siendo bastante laborioso pero con muchas fuerzas creemos que este esfuerzo va a dar sus frutos”, añade.
El colegio de Paúles de Sarsa da cobertura a doce localidades entre los municipios de Bárcabo y Aínsa-Sobrarbe. El centro es un edificio de dos plantas que se encuentra a la entrada del pueblo. La planta baja se destina a las clases de infantil, donde actualmente hay recursos sensoriales y una biblioteca. Para el próximo verano están previstas obras de mejora en este espacio, gracias a una subvención de la DGA. La planta superior alberga a los alumnos de primaria y en el exterior hay una zona de juego cubierta, jardín, huerto y hasta un hotel de insectos.
Jornada de puertas abiertas
Para tratar de llamar la atención de las familias con niños y niñas entre los dos y los doce años de edad, se ha organizado este sábado 28 de mayo una jornada de puertas abiertas a partir de las 11 horas. “Es un llamamiento para que se acerquen vecinos y miembros de la comunidad educativa. También para que vean cómo trabajamos y las herramientas que tenemos”, señala la directora. Menciona García-Calvo las ventajas de las escuelas rurales, ya que el alumnado aprende mejor que en las ciudades.
“La niña de dos años aprende con el reflejo de la cooperación. Entre todos se ayudan, tienen un corazón grandioso. El entorno brinda un conocimiento máximo de todas las materias y permite individualizar el aprendizaje. Además, todo lo que necesitas te lo dan. Los vecinos son muy cercanos y familiares”, explica la profesora.
Para García-Calvo, es “imposible” que la escuela de Paúles de Sarsa eche el cierre, no se lo quiere imaginar. “Después de todo el trabajo que estamos haciendo y toda la experiencia sería un palo muy duro. Es que la escuela es un lugar tan bonito, es como un sueño. Todo es alegría y niños felices. Yo también aprendo de ellos”, concluye.
Por su parte, Carlota Dorado, concejala de Educación, asegura que desde el consistorio quieren mantener esta escuela abierta. “Es un símbolo de la España Rural y ha logrado permanecer abierta ininterrumpidamente desde el año 1989. Ha pasado por años de gran afluencia y ahora estamos atravesando una etapa complicada, pero seguiremos trabajando para que sus puertas continúen abriéndose al comienzo de cada curso lectivo”, declara.