En Barbastro, ilusión y ganas definen estos primeros días de curso escolar. En cuanto a las matrículas, y respecto a cursos anteriores, los números se mantienen muy estables en todos los centros, no siendo apreciable un descenso en la natalidad. No obstante, sí que ha habido otras novedades, comenzando por la ausencia total de medidas COVID.
“Por fin es un inicio sin medidas anti covid, lo cual nos permite juntarnos” afirma Amelia Sánchez, directora del Pedro I. En San Vicente de Paúl, Merche Puértolas, directora, señala que “lo hemos cogido con mucha ilusión. Nos podemos reunir otra vez, mezclar niveles y esto nos llena de energía”. “Lo primero, recuperar la bendita normalidad que nos deja desarrollar todas las actividades, sean o no académicas, sin restricciones” apunta Nati Puy, directora académica de San José de Calasanz-Escolapios.
Como novedades, el colegio Pedro I implanta la jornada continua. Este centro ha sido el último de los públicos en sumarse a este horario. En la votación participó el 84% del censo y apoyó el cambio el 78%. “La experiencia de la pandemia –que nos obligó a adoptar clases sólo por la mañana– ha convencido a las familias”, señala Sánchez. En este centro mantienen tres vías por curso para sus 420 alumnos. Señalar que 11 familias se han quedado fuera y no han podido escolarizar ahí a sus hijos elegido por ellas como primera opción.
Haber eliminado las clases vespertinas también ha repercutido a la hora de cerrar sin problemas la plantilla de profesores ya que, en cursos anteriores, les costaba atraer a los profesionales. “Que no se piensen que los profesores trabajamos menos –hace hincapié la directora–. No es cierto. Nuestro horario de profesor no mejora. Se beneficia el alumnado que se siente más motivado”.
Otro cambio significativo lo experimenta el colegio La Merced. Con 364 alumnos, en este curso escolar se estrena como centro de referencia TEA (Trastorno del Espectro Autista). En total, 13 nuevos centros de Aragón se incorporan a este programa. La directora, Minerva Díaz, explica que fue el propio centro quien lo solicitó. Esto implica contar con más especialistas y una formación especial para el profesorado. “El objetivo es que estos alumnos con diagnóstico TEA pasen el mayor tiempo posible con sus compañeros. Buscamos un aula más inclusiva, evitando segregar”.
El colegio Alto Aragón también mantiene una matrícula estable con 388 niños. Este centro estrena un curso con bastantes cambios en su plantilla de profesores debido a diversas causas como jubilaciones, bajas o comisiones de servicio. A pesar de todo, informa la jefa de Estudios, Pilar Cardona, el día 12 se encontraba la plantilla de profesores al completo. “En estos momentos, estamos a la espera de que nos asignen un técnico de educación infantil”. Y una vez suprimidas las medidas anticovid, el Alto Aragón retomará sus talleres internivelares y continuarán con normalidad los desdobles de grupos y todas las actividades del centro.
La Lomloe
Educación pone en marcha una nueva legislación: la Lomloe. Y aunque su aplicación se realiza de modo escalonado, en este curso afecta a los niveles impares: 1º, 3º y 5º de Primaria. Entre las novedades, las clases de religión pasan de 45 minutos a 60. Se introduce la asignatura “Valores cívicos y éticos” en quinto y en los criterios de evaluación cobrarán más peso el trabajo de las competencias y los proyectos. En Escolapios, con 372 alumnos (incluyendo ESO), el sistema de evaluación de la nueva legislación no supone apenas novedad “porque nuestra base de aprendizaje es cooperativo”, explica Puy. En este centro van a extender el trabajo de salud mental a todas las etapas. “Comenzamos con secundaria pero nuestra intención es que llegue a todos los alumnos porque lo vemos muy necesario, sobre todo tras la pandemia”.
En San Vicente de Paúl, que atiende a 274 alumnos (incluyendo ESO) sí se han visto afectados por los cambios de la Lomloe. “Se nota en los materiales, algunos al tenerse que adaptar están tardando más de lo previsto”, explica su directora.
En cuanto a los colegios del Somontano, fueron 335 los alumnos que comenzaron las clases en los diferentes CRA. La novedad, el cambio de nombre del CRA Fonz-Estadilla, que ha pasado a llamarse La Candeleta. A sus diferentes aulas asisten 136 escolares. El CRA Vero Alcanadre, que suma 145 alumnos entre las escuelas de Abiego, Adahuesca, Alquézar, Azara, Bierge, Castillazuelo, Pozán y Salas Altas. El tercer CRA de la comarca es A Redolada, con 54 alumnos de Berbegal, Laluenga y Peralta de Alcofea, así como de la monegrina localidad de Huerto.
Los institutos
También ha comenzado el curso escolar en los institutos de la ciudad. En el IES Martínez Vargas mantienen su censo en torno a los 750 alumnos entre la Secundaria, el Bachillerato y los diferentes ciclos de Formación Profesional. Cabe destacar que, aun in extremis, han conseguido nuevos alumnos que permiten el mantemiento del ciclo de Elaboración de Productos Alimenticios. Por lo demás, su director, Vicente Español, destaca que “han mantenido toda su oferta, que era el objetivo”.
En el IES Hermanos Argensola han comenzado el curso escolar sin una de sus reivindicaciones cumplidas: la puesta en marcha del Bachillerato de Artes. Un año más, ha habido alumnos que han tenido que ir a Huesca para cursar esta modalidad. Por lo demás, este instituto cuenta con casi 600 alumnos repartidos entre todas las enseñanzas. El jefe de estudios de primer ciclo, Antonio Rubio, destaca que este incremento “está repartido en todos los ciclos”, si bien ha sido más señalado en Secundaria. En estos centros han comenzado también sin restricciones por covid, con “alegría por volver a la normalidad”.