El pasado fin de semana, la UD Barbastro llevó a cabo una iniciativa para brindar a sus seguidores una experiencia única al organizar un viaje a Logroño, donde el equipo se enfrentaría a la UD Logroñés en el estadio de Las Gaunas. La gestión del viaje supuso la reserva de dos autobuses, asumiendo la mitad del costo para que los aficionados pudieran disfrutar de este evento deportivo a un precio muy económico.
Los seguidores, entusiasmados ante la posibilidad de acompañar a su equipo en tierras logroñesas, se embarcaron en los dos autobuses con un ambiente emocionante. Durante el trayecto, expresaron su apoyo al equipo mediante cánticos unificados y exhibición de bufandas, creando una atmósfera animada. Finalmente, llegaron a su destino: Logroño.
El sábado por la mañana, la calle Laurel, famosa en la ciudad, fue testigo de la invasión rojiblanca de los barbastrenses. Los aficionados, ataviados con bufandas, banderas y camisetas, se congregaron en esta icónica vía. Además, hubo un detalle que sorprendió a muchos, pues justo encima de la calle, en uno de los balcones se veían cuatro bufandas de la UD Barbastro y una gran bandera de España con la inscripción “Barbastro” en el centro. Efectivamente, la expedición barbastrense había llegado.
La presencia masiva de los barbastrenses desconcertó a los habitantes locales, quienes no podían creer lo que veían. La calle se llenó de una marea rojiblanca, capturando el momento a través de fotos y atrayendo la atención de curiosos. En total, alrededor de 200 seguidores del Barbastro se hicieron presentes en los aledaños de la ciudad.
Es relevante destacar que la presencia de los barbastrenses no estuvo aislada, ya que compartieron la jornada con grupos de aficionados burgaleses, quienes también llegaron a Logroño para apoyar al San Pablo Burgos en su encuentro contra el Rioverde Clavijo. Esta coincidencia propició un ambiente de hermandad entre dos aficiones provenientes de distintas regiones de España.
A lo largo de diversas calles de la capital logroñesa, los aficionados de Barbastro entonaron cánticos para respaldar al Barbastro, desde el popular “oh, sa la la… Barbastro” hasta el peculiar “un somos buenas gente” para darse a conocer entre los habitantes locales y dejar claro que venían en son de paz. La expresión de emoción no fue exclusiva de los jóvenes, ya que los aficionados veteranos también participaron, recreando el famoso grito del Athletic de Bilbao, pero adaptado al Barbastro, mientras que los jóvenes hacían los coros.
La afición llega a Las Gaunas
Después de disfrutar de varias tapas de la ciudad, la afición se trasladó a Las Gaunas, un estadio emblemático que evocó recuerdos de la Romareda entre los presentes. En el estadio, los seguidores ocuparon uno de los córners, colgando sus banderas en apoyo al equipo y preparándose para presenciar el partido.
A lo largo de los 90 minutos, la afición del Barbastro respaldó de manera ferviente a su equipo, que enfrentaba a un sólido contendiente en la UD Logroñés. La polémica también surgió en las redes sociales, ya que algunos aficionados locales criticaron la exhibición de banderas de España en la zona asignada a los seguidores del Barbastro, a pesar de llevar la inscripción “Barbastro” de manera prominente en el centro.
Además, durante el descanso, vieron como Miguel Vélez, barbastrense, saltó al césped de Las Gaunas para participar en un minijuego. El aficionado tenía que meter gol disparando a portería desde el centro del campo. Pese a contar con el calor de su público, Vélez no logró su cometido, pero se llevó el aplauso de sus amigos.
Al término del partido, los jugadores de la UD Barbastro se acercaron al rincón de sus seguidores para agradecer el apoyo, firmar recuerdos y tomarse una fotografía de grupo. Posteriormente, los seguidores regresaron a los autobuses y coches para emprender el regreso a la ciudad del Vero tras una jornada inolvidable.