Somontano

Cinca Riders: «El inicio ha ido bien, pero con muchas piedras»

Enrique González y Javier Pardo han creado Cinca Riders, una empresa de alquiler de bicicletas eléctricas con sede en El Grado

Enrique González y Javier Pardo con varias de sus bicicletas en El molino de Chuaquín, de El Grado. Foto: S.E.
Cristina Lanau Carpi Lanau Carpi
27 enero 2025

Este año el Centro de Desarrollo del Somontano (CEDER) cumplirá 30 años, que se dice pronto. Durante todo su transcurso de vida, esta entidad ha ayudado a numerosos empresarios que buscaban crear su negocio en la zona. En el pasado año 2024, han apoyado 18 proyectos de diferente índole, siendo 13 de ellos empresariales. Entre ellos se encuentra Cinca Riders.

Amigos de toda la vida, del pueblo. Por un lado, Enrique González, nacido y criado en El Grado. Por el otro, Javier Pardo, con raíces de Artasona. Ambos apasionados de los deportes de dos ruedas y «de mente inquieta». 

En un almuerzo juntos, les surgió la idea de crear Cinca Riders. «En verano vinieron unos amigos e intentamos alquilar unas bicicletas en la zona y, por diversos motivos, nos resultó imposible. A raíz de eso, Javi y yo nos quedamos con la copla en la cabeza. En ese almuerzo comenzamos en una servilleta a hacer números», explica González. 

Meses después, esa idea se materializó en una empresa. «Nosotros ofrecemos un servicio de alquiler de biblicletas eléctricas de alta gama, ya que todas tienen menos de un año y cuestan más de ocho mil euros. Pero con un valor añadido: que las trasladamos hasta el destino que el cliente desea. Una vez entregadas, explicamos cómo funcionan y respondemos a cualquier duda que puedan tener. Digamos que se trata de un servicio más premium«, explica González. Además, ofrecen diferentes abanicos de bicicletas en función de la actividad que los clientes deseen practicar (enduro, trail o rally). 

«Con Cinca Riders buscábamos reflejar nuestro estilo de vida, que consiste en disfrutar de la montaña de la manera más accesible posible», declara González. Sin embargo, tras realizar una exhaustiva investigación de mercado tanto global como local, descubrieron que en el Somontano, los vecinos no utilizan tanto la bicicleta eléctrica. «Sobre todo en la zona de Aínsa y Boltaña existe muchísimo más movimiento con respecto al Somontano o Ribagorza, por ejemplo. La diferencia es abismal. Por lo que al final los esfuerzos se centraron mucho en la zona de Aínsa, sobre todo», declara González. 

Otro de los aspectos que quizá pueda influir en la práctica de esta actividad reside en el miedo a la misma. Es decir, que los clientes piensen que se trata un deporte peligroso. «Algunos lo piensan, sí. Uno de los aspectos que disponemos como empresa premium es la personalización en función del uso que el cliente vaya a hacer. De hecho, queremos introducir más bicicletas para realizar rutas de menor dificultad», adelanta. 

González confiesa que el inicio de esta empresa ha ido «excepcionalmente bien, pero nos hemos encontrado con muchas piedras. En este aspecto, el CEDER Somontano nos ayudó mucho, sobre todo a tener los deberes hechos, aunque luego no se vayan a cumplir. Y sobre todo a revisar y validar nuestros documentos». Ahora, ambos empresarios fijan la vista en el futuro, deseando «crecer y ofrecer una experiencia más completa».

Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter

Más en Somontano