Somontano

El interés por el saber lleva a 450 adultos a las aulas

Tanto el Centro de Educación de Adultos como la UNED con la Universidad de la Experiencia tienen una amplia oferta para volver a las aulas

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Alumnos en una de las clases del inglés del Centro de Educación de Adultos Somontano. Foto: S.E.
Lola Gª Casanova
28 noviembre 2022

Luce el sol a las cuatro de la tarde en Pozán de Vero. Todavía no hay niños en las calles y un grupo de mujeres cruza la localidad para reunirse en la biblioteca. Un poquito antes, un matrimonio que vive en Barbastro, pero ella nació en Salas Bajas y él en Pozán, ha salido en dirección a Pozán. Cuando regresan a su casa, ya de noche, las puertas del instituto Hermanos Argensola de Barbastro permanecen abiertas, las aulas están abiertas para los adultos. Y en el salón de actos de la UNED de Barbastro acaba de finalizar una sesión sobre química dirigida a mayores de 55 años.

Pozán, la UNED, el instituto Hermanos Argensola. Todos, a esas horas vespertinas, comparten la tarea de la educación de jóvenes y mayores. Una oferta que, el curso pasado, llegó a 450 personas en el Centro de Educación de Adultos Somontano con sede en Barbastro y a 125 en la Universidad de la Experiencia. Cabe destacar que, después de la capital aragonesa, Barbastro es la sede de la Universidad de la Experiencia con más alumnos de todo Aragón.

¿Qué anima a los adultos a volver a las aulas?

Ana Nerín, directora del Centro Público de Educación de Personas Adultas Somontano (CPEPA) explica: “La gran diversidad de oferta posibilita que, por estas aulas, pase un buen número de personas y con objetivos diversos.

Pero podemos dividir los intereses de la población en dos partes. Por un lado, las enseñanzas regladas y, por otro, las de promoción y extensión educativa. Aquí situaríamos la informática, los idiomas, el patrimonio…”. Por tanto, un buen número asiste a este centro, ubicado en el instituto Hermanos Argensola, porque en su día no logró un título oficial. Una de las propuestas más demandada es la obtención de la Educación Secundaria Obligatoria. “Para conseguir la E.S.O. se matriculan tanto españoles que provienen de la antigua Educación General Básica (E.G.B.) o jóvenes como extranjeros con dificultades para convalidar su título o que desean sacárselo”.

No debemos desdeñar el esfuerzo que supone. La mayoría de ellos, tras una jornada de trabajo, acude a clases. No obstante, la metodología se adapta a estas circunstancias y el alumno puede ir a su ritmo, sumando aprobados asignatura por asignatura, con un itinerario personal. En secundaria, en las enseñanzas formales y en la preparación para acceder a grados medios o superiores encontramos a los estudiantes de menor edad y que piensan en el mercado laboral.

En general, el perfil de este centro nos describe a una mujer que ya ha cumplido los 50 años.
Una de las propuestas con más demanda la encontramos en los cursos de español y de alfabetización. “No son lo mismo –matiza Nerín–. Español corresponde a la enseñanza del idioma y alfabetización a leer, escribir y operaciones básicas en español”. En estas clases destaca la presencia de hombres y de población nacida en España, no sólo de inmigrantes, como se podría pensar en un primer momento.

El placer, las ganas de aprender, la curiosidad mueve a la mayoría de los alumnos de francés, inglés, informática, taller de memoria…

Y aquí encontramos una cifra curiosa y significativa: al centro acuden 28 nacionalidades distintas y a clases de español, 15. Por tanto, los migrantes representan un porcentaje importante en las enseñanzas regladas.

Hemos mencionado la desaparecida E.G.B., en todos estos años, los cambios sociales han influido en la oferta educativa y en los alumnos. “Ahora mismo, vemos que existe demanda de títulos pensando en mejorar la empleabilidad, de formación profesional que no podemos cubrir en su totalidad”.

Aula Mentor

Otra vía para lograr una mejor cualificación de cara al mercado laboral lo encontramos en el Aula Mentor. Se trata de cursos totalmente online. La oferta en la actualidad supera las 100 especialidades.

Se lleva a cabo gracias a un convenio firmado entre el Ministerio de Educación y la Consejería de Educación de la Diputación General de Aragón.

Al alumno se le asigna un tutor y cuando ha realizado satisfactoriamente, a juicio del tutor, todas las actividades obligatorias, el alumno se puede examinar y si aprueba, se le expide la certificación correspondiente. Para acceder a los cursos del Aula Mentor sí se debe pagar una matrícula. No así en el resto, cuya matrícula es gratuita al tratarse de un centro público.

En la Comarca

El Centro de Educación de Adultos, además de sus clases en Barbastro, cuenta con la extensión que se desarrolla en los pueblos del Somontano. El Servicio Comarcal de Educación de Adultos ofrece formación reglada, sujeta a la duración de un curso escolar y atendido por las tres profesoras de adultos que son personal propio de la Comarca. “Aunque a efectos prácticos, de claustro, de organización, profesores y alumnos, de Barbastro o de los municipios, forman el Centro Público de Educación de Personas Adultas”, matiza Nerín.

Este servicio en los pueblos empezó a funcionar en el año 1994 cuando todavía existía la Mancomunidad del Somontano. “Aunque legalmente la Mancomunidad no estaba obligada a prestar este servicio, se decidió que sí lo asumía. Y, desde entonces se lleva a cabo”, explica Nuria Gil, técnico de Comarca. Las primeras clases se dedicaban, sobre todo, a la obtención del graduado escolar o idiomas. Con el tiempo, estos cursos se han adaptado. Un momento clave llegó con la irrupción de la E.S.O., y la eliminación de la E.G.B. que supuso que un solo profesor ya no pudiera atender todas las necesidades a la hora de conseguir este certificado.
El servicio se ofrece a todos los ayuntamientos todos los años, eso quiere decir que pueden participan todos los pueblos, incluidos los núcleos (por ejemplo: Buera y Huerta, Hoz, Costean…). Pero ni todos solicitan, ni tampoco se pueden atender todas las peticiones. Por tanto, “con el profesorado no se llega más que a una parte”, explican.

Para suplir esta demanda, la Comarca contrata y financia con sus medios a empresas de formación, que atienden las aulas rurales y los cursos a los que no se puede llegar con sus medios propios. Este año son: Colungo (informática), Buera y Castejón del Puente (entrenamiento y apoyo a la memoria) y en Peralta de Alcofea (nuevas tecnologías).

En Pozán

En la biblioteca de Pozán de Vero, se reúne un buen número de personas. Se conocen, llevan bastantes años juntas. Van a clase y lo hacen felices y con ganas. Porque en los pueblos, los grupos suelen presentar una gran estabilidad a lo largo de los años y las materias animan a compartir saberes y experiencias. “No se trata de clases magistrales. Aquí todos aprendemos de todos porque contamos con un bagaje y una experiencia” puntualiza Mª Ángeles Oliván, la profesora.

Sin embargo, este ambiente amistoso y fraterno no debe empañar que se trata de enseñanzas regladas y con objetivos claros. No van a pasar el rato… aunque pueda parecerlo debido al ambiente distendido.

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Alumnos del curso Producción Agroalimentaria Aragonesa en Pozán. Foto: L. García

Peraltilla, Estada y Pozán se han decantado en este año por el curso de Producción Agroalimentaria Aragonesa. Primer punto: No es un curso de cocina. Existe un trabajo didáctico y usan como guía y orientación el libro de Joaquín Coll Manjares del Somontano. Libro que van trabajando según el calendario. “Hace unos días se habló del mostillo y nos hemos animado a hacerlo”, explican, “porque algunos ni recordábamos qué era”.

El año pasado se dedicaron al aragonés. Eduardo Barón hubiera continuado “pero el grupo decidió que la agroalimentación podía interesar a más gente. Pero si decidimos volver al aragonés, se puede”, explican.

Aun así continúa en el que es su segundo año en Educación de Adultos. Toda una veterana es Angelina Buil. “Yo ya me apunté cuando todavía trabajaba. Iba a turnos, no podía acudir siempre pero me interesaba y aquí sigo”.

El grupo lo forman, además, Reyes Pecondón, Mª Ángeles Espluga, Mª Pilar Sampietro, Mª Pilar Puértolas, Mª Pilar Espluga, Mª Jesús Campodarve y Elena Villacampa. Para todos ellos este curso implica aprender y también socializar. En los inicios, daban clase en el colegio, pero hace unos años se trasladaron a la biblioteca. De entre toda la oferta disponible, los alumnos eligen. Una de las iniciativas que más huella ha dejado en ellos y en la localidad fueron los años dedicados al estudio del patrimonio local. Se involucró a todo un pueblo cuyas gentes recordaron historia, tradiciones, naturaleza, arquitectura y se editó un libro. Esta investigación, que seguía un guion establecido por el Instituto de Estudios Altoaragoneses, se llevó a cabo en 15 localidades que dieron luz a 15 publicaciones.

“De hecho, en Estadilla –comenta Oliván– gracias a este curso son los mismos estadillanos los que hacen de guías e informan a los turistas que quieren conocer el pueblo. Algunos de ellos participaron en la actividad del estudio del patrimonio, cumpliéndose así uno de los objetivos más importantes de este proyecto”.

Oliván remarca que se trata de un trabajo muy gratificante, que conocen al alumnado, los verdaderos protagonistas “sin ellos, no sería posible nada de esto”.

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