La tarde se presentaba decisiva en el pabellón del Parque de Huesca. Allí, el Letra Corpórea se jugaba algo más que un simple partido: la posibilidad de seguir luchando por los playoffs. Vestidos esta vez con camisetas negras, los de Barbastro sabían que la única opción era ganar para forzar el tercer encuentro contra el Peñas Sorigué. No había margen de error.

El balón comenzó a botar y, casi de inmediato, el Letra Corpórea impuso su ritmo. Los primeros minutos fueron un vendaval de juego para los de Quique López, que rápidamente se distanciaron con un parcial de 0-10. Ataques certeros y una defensa férrea marcaron un inicio que sorprendió al conjunto local. Conscientes de que una derrota significaría el final de su temporada, los barbastrenses mostraron su determinación desde el salto inicial. El primer cuarto concluyó con un marcador de 8-18 a favor del equipo visitante.

La atmósfera en el pabellón era electrizante. Las gradas, llenas hasta el último asiento, se dividían entre el rojo de los seguidores del Letra Corpórea y el verde de los aficionados del Peñas. La presencia de numerosos barbastrenses, que se desplazaron hasta Huesca para acompañar a su equipo, añadía todavía más intensidad a una cita que no permitía titubeos.

Con el comienzo del segundo cuarto, el Peñas Sorigué reaccionó. Poco a poco, fue reduciendo la diferencia en el marcador, impulsados por su público y una mejor organización en ambos lados de la pista. De un 8-18 se pasó a un ajustado 17-22, momento en que el Letra Corpórea atravesó instantes de incertidumbre. Pérdidas de balón en la recepción y algunas decisiones precipitadas permitieron a los oscenses acercarse peligrosamente.

El Letra Corpórea, sin embargo, consiguió recomponerse y estabilizar su ventaja. Tras superar los momentos más comprometidos, lograron estirar de nuevo la diferencia hasta situarla en 24-32. El segundo periodo terminó con un 24-35 favorable a los visitantes, quienes se retiraron al vestuario sabiendo que aún quedaba mucho por pelear.

Entre los protagonistas del Peñas destacó Terreros, dorsal número 2, quien tuvo un papel relevante a lo largo del encuentro. En el equipo oscense también figuraba Rodrigo Ger, natural de Barbastro, que firmó una actuación notable en un duelo cargado de matices emocionales.

La reanudación trajo consigo un tercer cuarto en el que se mantuvo el equilibrio de fuerzas. El Letra Corpórea, pese a la presión ambiental y la tensión que empezaba a sentirse entre sus jugadores, consiguió mantener su renta. El periodo se cerró con un 40-51, dejando todo preparado para un último acto donde no cabría la especulación.

La grada continuaba volcada. Cada acción era celebrada o lamentada con intensidad, y en varias ocasiones, el empuje de los visitantes llegó a imponerse en ruido al de los locales. El Letra Corpórea, apoyado desde la grada y animado desde el banquillo, entró al último cuarto decidido a no dejar escapar la victoria.

Con el avance de los minutos, el dominio visitante se hizo más patente. El Peñas Sorigué intentó reengancharse al partido, pero los barbastrenses supieron administrar su ventaja con inteligencia. No hubo espacio para una remontada milagrosa. El sonido de la bocina finalizó el encuentro con un marcador de 54-68.

El estallido de júbilo no se hizo esperar. La marea roja que había acompañado al Letra Corpórea celebró con entusiasmo, consciente de la importancia del triunfo. Sobre la pista, jugadores, cuerpo técnico y aficionados se reunieron en una imagen que quedará grabada en la memoria colectiva del club.

La historia no termina aquí. Mañana domingo 27, a las 18:00 horas, en el pabellón Ángel Orús de Barbastro, se disputará el tercer y definitivo partido de la serie. Allí se decidirá cuál de los dos equipos seguirá su camino en los playoffs.