El pasado 23 y 24 de marzo, el club Montañeros de Aragón de Barbastro organizó el curso de nivel II de descenso de barrancos. En esta actividad, participaron seis socios. Cuatro de ellos ya contaban con experiencia previa al haber completado el curso de nivel I. Mientras, otros dos socios, recién incorporados este año, ya poseían conocimientos en la materia. Destaca la dedicación de estos dos últimos, provenientes de Madrid y Toledo respectivamente, quienes mostraron un gran interés en aprender y participar en las salidas promocionales de barrancos organizadas por el club.
Los monitores asumieron una gran responsabilidad al tener que estar a la altura y satisfacer el esfuerzo de estos dos socios que viajaron desde lejos. Este compromiso es compartido por todo el equipo de monitores, quienes se esfuerzan día a día para brindar una experiencia satisfactoria a todos los participantes.
El rocódromo de la Escuela Refugio de Alquézar acogió la actividad
El curso se llevó a cabo en el rocódromo de la Escuela Refugio de Alquézar. Allí, se enseñaron técnicas correspondientes al nivel II según la Escuela Aragonesa de Montañismo. Tras repasar nudos y técnicas de rápel que ya se habían abordado en el nivel I, se pasó a maniobras como el autodescuelgue, fraccionado, remonte de cuerda, rápel guiado y conversiones de remonte a descenso de cuerda, así como algunas maniobras básicas de autorrescate.
Al día siguiente, el buen clima permitió practicar las maniobras enseñadas en el rocódromo en los barrancos Portiacha y Basender. En el Portiacha, se instaló un rápel desembragable y algunos participantes realizaron su primer rápel volado de 25 o 30 metros. Luego, en el Basender, se simuló una situación real con técnicas menos comunes de rápel, fraccionado, pasamanos, rápel guiado y remonte de cuerda, aunque el tiempo limitó la realización de maniobras complejas en la parte final.
Los participantes expresaron su agradecimiento y satisfacción por todo lo aprendido, las prácticas y la compañía, especialmente por poder realizar actividades en barranco, algo que no fue posible en el curso anterior debido a las condiciones meteorológicas adversas. Los monitores se mostraron contentos y satisfechos al ver las sonrisas y muestras de agradecimiento de los participantes.