Varias piezas llegadas desde Cataluña podrán verse a partir de noviembre en el Museo Diocesano Barbastro-Monzón. Así lo confirmó la pasada semana María Puértolas, subdirectora del Museo, en la presentación del ramillete de actividades para el segundo semestre del año. Un cuadro de Velázquez, una talla restaurada de Nuestra Señora de Linares, una exposición de pintura de Isabel Guerra o un renovado discurso museográfico con las piezas aragonesas que desde marzo se encuentran en la diócesis aragonesa.
«Esta es una diócesis pequeña con un gran museo», resaltaba Ángel Noguero, director del Museo Diocesano Barbastro-Monzón, en el inicio de su comparecencia ante los medios. A su vez, Noguero recordaba las palabras de Domingo Buesa, quien estuvo dando una «brillante conferencia» sobre Vírgenes Románicas hace un tiempo y aseguró que era necesario acercarse al museo porque «es un auténtico ejercicio de identidad».
Las actividades del museo para los próximos meses se desgranan en dos partes: por una las culturales y por otra la conservación y restauración del estado de las piezas. El inicio tuvo lugar ayer jueves 29 de julio con la charla a cargo del barbastrense David Lafuente.
El 4 y 5 de agosto se realizará la segunda actividad; una sesión teórico-práctica sobre pintura medieval a cargo de la restauradora Isabel Castro, quien introducirá a los asistentes al mundo de la pintura al temple medieval. El aforo estará limitado a 15 plazas y el coste es 10€ (socios 5€).
El 11 de agosto será el turno para el recital poético, «algo habitual» como explicó Puértolas, en el que colaboran con los organizadores de las actividades de Barbastro Cuna y Corona.
Los más pequeños (entre 6 y 12 años) también tendrán su hueco en la programación cultural. Será el 19 de agosto, en una cita donde los voluntarios cobrarán un papel fundamental. Clara Sallán y Alba Gavilán son dos chicas en prácticas que ayudan con las visitas. Además, también están clasificando y catalogando todo el fondo fotográfico de Enrique Calvera, que falleció el año anterior y que fue el antecesor de Ángel Noguero en el cargo.
Agosto se cerrará con la presentación de la restauración de la talla de Santa Bárbara, el día 25 a las 12 horas. La talla, una obra policromada casi única en nuestra diócesis, procede de la parroquia de Azanuy.
El 3 de septiembre será la presentación de una pieza invitada «muy especial», decía María Puértolas, «una de las tres versiones que se conocen de Los tres músicos de Velázquez y su taller». Es una «magnífica obra» que procede de la colección ‘Arthispania’, una compilación particular de Barcelona que se conformó en los años 60. Esta obra es de la primera etapa como pintor de Velázquez en Sevilla y recrea una escena de carácter costumbrista que se relaciona con dos obras más. El lienzo podrá visitarse durante seis meses en la sala de la colección permanente del Museo.
Del 15 al 19 de septiembre tendrán lugar en Roda de Isábena las jornadas internacionales de epigrafía medieval, un encuentro destinado a jóvenes investigadores. Ya en octubre, el día 15, se celebrará un seminario sobre lacas chinas.
La pintura de Isabel Guerra llega al museo
El 10 de septiembre se celebrará la inauguración de la exposición de pintura de Isabel Guerra. La artista cede temporalmente y de manera extraordinaria una treintena de obras al museo. Las obras se podrán contemplar en las salas de la colección permanente hasta el próximo 7 de noviembre. «Es especial por la artista y por que en ella estuvo mucho tiempo trabajando Alfonso Milián, que fue el anterior obispo que precedió a don Ángel en esta sede. Trabajó con mucha ilusión y con muchas ganas para que esta muestra pudiera llevarse a cabo. Queremos que también sea un sentido homenaje hacia él», apostilló María Puértolas.
Exposición de los bienes
El museo reabrirá en noviembre con un «renovado discurso» en el que se integrarán una selección de obras de arte de las parroquias aragonesas que entre febrero y marzo regresaron a la diócesis.
Estas serán el Frontal de Treserra, la Arqueta de Buira o algunos tejidos de Roda. «Son piezas que sí que sabemos que van a estar sí o sí», confirmaba Noguero la semana pasada.
Desde el museo destacaron que «pensando en las piezas, hemos trabajado de puertas hacia dentro para llegar a esta exposición sin dejar que la expectación pasara sobre un trabajo riguroso y profesional». En un principio, Noguero confirmó que se expondrán «las mejores obras, aunque hay que mirar espacios, cronologías y darle un carácter unitario». Algunas de las piezas que llegaron desde el Museo de Lérida están aisladas, pues se presentaban en «muy mal estado» y se les ha planteado un estado de conservación para matar todos los microorganismos dañinos.
La llegada de nuevas piezas puede implicar la sustitución de otras. Aunque todavía está por definir, pues «dependerá de cada caso», Puértolas recordó que existen elementos a los que «no les va mal descansar». La de rotar es una práctica habitual que se realiza en el museo. En este sentido, se dejó claro que el discurso puede variar una vez que se muestren las primeras piezas.