Ahora y siempre
Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
Ahora y siempre

El nuevo sacerdote

Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
16 marzo 2025

El curso pasado, el Señor nos regaló un seminarista, Sergio Ibarz, que era animador de la comunidad. Confiemos en que no sea un hecho aislado, sino un signo de madurez de una Diócesis que cree, cuida y cultiva todos los carismas que Dios ha suscitado en cada uno de sus hijos.

El nuevo sacerdote que emerja de esta Iglesia diocesana deberá conformar su corazón con el de Jesucristo, el Buen Pastor. Será alguien que se sentirá plenamente implicado y comprometido con la misión evangelizadora de su comunidad cristiana.

Se distinguirá por su carácter recio y su solidez interior. Tendrá que ser un hombre cercano y accesible que inspire confianza con coherencia de vida. Su espíritu alegre y su ánimo firme le permitirán afrontar los desafíos con esperanza, sin desalentarse ante las dificultades. Concebirá su misión como un proyecto común en el que todos los fieles sean los verdaderos protagonistas.

Su identidad sacerdotal deberá estar enraizada en una espiritualidad eucarística, propia del clero diocesano, caracterizada por la unificación interior del corazón con un celo ardiente que lo impulse a descubrir y potenciar todos los carismas eclesiales entre sus fieles.

Será un pastor que no busca honores ni seguridades, que no se aferra a cargos ni a privilegios y con una sólida formación intelectual. Y más allá del conocimiento teológico, vivirá su vocación en fraternidad cultivando relaciones auténticas con sus hermanos en el presbiterio y con los fieles.

Este nuevo sacerdote no se limitará a gestionar estructuras o a administrar servicios religiosos sino que deberá ser un testimonio vivo de la memoria de Jesús y testigo que narra la historia de la salvación. Más que un portavoz de doctrinas, tendrá que ser un testigo que encarne el Evangelio en su vida diaria.
A San José se lo tengo confiado. Que él haga fructificar los carismas necesarios para que se cristalicen los ministerios que, en cada momento, nuestra Iglesia necesite.

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