Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón, renueva sus votos con la Diócesis diez años después de su ordenación episcopal. La Catedral de Barbastro, repleta de fieles llegados de todos los puntos neurálgicos de esta diócesis fueron testigos de la misa de aniversario, justo una década después de aquel 22 de febrero de 2015.
El obispo Ángel Pérez compartió la ceremonia en la que renueva sus votos con esta Diócesis entre palabras de agradecimiento y de perdón. «Gracias por tanta bendición en estos diez años y por el camino recorrido junto a vosotros», expresó en la homilía. Y añadió: «Os pido perdón por mi impaciencia, por la pasión sin respetar vuestro ritmo personal o por no responder a las expectativas que merecíais».
Pérez repasó la importante reestructuración de la Diócesis en esta misa de aniversario. La reestructuración de las comunidades, optmizando los recursos humanos y la reconfiguración en cuatro arciprestazgos y ocho unidades pastorales. También el trabajo de sacerdotes, animadores de la comunidad y administradores de comunión que llegado a 254 comunidades.
Pérez confesó que le admiraron los alineados campos de viñedo cuando llegó al Somontano. Por eso, ahora que el obispo renueva sus votos con esta diócesis, estableció la comparación. «Hemos sido audaces porque era el momento de renovar o sucumbir», indicó. Como en la modernización de los cultivos de viña, «no hemos cambiado el Evangelio pero lo hemos adecuado a la nueva manera de trasmitirlo», expresó. «No es fácil el avance, hay que arrancar las cepas viejas, abonar las vides, pero hoy dan sus frutos y la Iglesia ha ensanchado el toldo de su tienda», dijo.
Y añadió, «pero no solo hay satisfacción por el camino recorrido. La vid necesita un cuidado constante». En esta linea, agregó los retos que quedan por delante. Entre ellos, la rehabilitación de la Catedral, concluir la beatificación de 252 Siervos de Dios «y que nadie se pierda».
Como símbolo final, el obispo escenificó que renueva los votos con esta diócesis besando su anillo episcopal. «Besar este anillo es besar a mi esposa, que eres tú».
Ofrendas en la misa que renueva los votos del obispo
En esta misa aniversario hubo otros símbolos con los que el obispo renueva sus votos con la diócesis de Barbastro-Monzón. De esta manera, en el ofertorio de la eucaristía, se unieron al vino y al pan, los símbolos de las cuatro «M» que definen a la diócesis de Barbastro-Monzón. Así, se entregó el tomillo, «que perfuma la mano de quien lo arranca, símbolo de los que dieron su vida por la fe en esta tierra martirial». También, una nueva mitra, regalo del Obispado por este aniversario, «signo de la herencia milenaria de fe que hemos recibido a lo largo de los siglos».
En tercer lugar llegó la Virgen del Pueyo, patrona de la diócesis, que nos «guía con su amor maternal el caminar cristiano de esta diócesis mariana». Finalmente, una vela encendida, «símbolo de la luz de Cristo» que debe llegar a todos los rincones de esta diócesis misionera.