La Banda de la Asociación Cultural Gradense regresó al Cine Salamero de Graus el pasado sábado 13 de noviembre dos años después con motivo del concierto de Santa Cecilia. La pandemia le había privado hasta el momento de tocar ante su público en un espacio tan reconocido como ese. “Fue muy positivo, porque es más acogedor que tocar en la calle”, asegura Javier Pérez, el director de la banda. Este año, además, ha coincidido con el XX aniversario de la banda grausina. Pérez lleva 15 años como director de la misma y subraya que el objetivo para componer una buena dinámica es que “realmente sean amigos, que puedan venir los viernes y, aunque tengan estudios o lo que sea, que sea un placer para ellos el hecho de venir a ensayar”.
El sábado se celebró el concierto en el cine Salamero después de más de dos años sin pisarlo. ¿Qué sensaciones se encontraron?
– Fue muy positivo porque es más acogedor que tocar en la calle. Vino bastante gente. No se llenó, pero con el covid costará un poquito que se vaya llenando. El concierto fue bastante bien en general.
El 20 aniversario de la Banda les pilló justo en plena pandemia.
– Fue especial y sí, nos pilló justo en la pandemia. Planificamos cuatro conciertos temáticos: música moderna, pasodobles, otro de películas… Al final lo tuve que dejar en uno en el cual la mitad fue pasodobles y la otra mitad música modernas. Sí que es verdad que utilizamos las piezas más espectaculares como Bohemian Rhapsody… Pero claro, de planificar cuatro conciertos a poder realizar solo uno, fue una pena. Pero fue especial y pudimos tocar juntos de nuevo, que es de lo que se trata.
Da la sensación que hay muy buen rollo dentro de la banda. Que se ha formado un grupo de músicos locales muy interesante.
– Sí, ese es el objetivo que tiene que tener una banda de pueblo o de una ciudad más grandes como puede ser Barbastro o Monzón. El objetivo es crear una buena banda, que realmente sean amigos, que puedan venir los viernes que es cuando ensayamos y aunque tengan estudios o lo que sea, que para ellos venir a ensayar sea un placer. Se crea una amistad y te da igual estar ensayando que estar en un bar tomando algo por ahí. Ese es el objetivo y siempre hemos conseguido tener una muy buena relación entre todos; tanto entre los mayores como entre los niños. Incluso los niños están deseando tocar con la banda grande para poder entrar en esta dinámica.
¿Se debe fomentar más la música entre los jóvenes?
– Trabajo también en alguna escuela de música moderna y creo que todo lo que no sea que los chavales estén con la tablet o con el móvil, puedan hacer otra clase de actividad, lo veo genial. El objetivo, tanto de la banda como de las escuelas de música, creo que tiene que ser eso: que hagan otras actividades y que disfruten tocando. Incluso también que respires de la misma manera que el resto, o que pienses lo mismo que tu compañero, cosas que si lo haces a nivel individual realmente no lo realizas tanto.
¿En qué punto se encuentra la música en general en Aragón y en la provincia de Huesca?
– Depende para qué. Si hablamos más de música clásica, puede faltar alguna orquesta de, vamos a decir, profesional. Si hablamos de amateur, las escuelas de música creo que van funcionando a pesar del covid. Hay algún alumno menos pero en la mayoría de escuelas que conozco hay bastantes alumnos. Esto crea el germen para que luego haya música más profesional. Ojalá hubiera muchos más conciertos. Por ejemplo de música de cámara, que es la gran olvidada… Raro es el ayuntamiento que programa dúos, tríos o cuartetos porque normalmente la gente no acaba de ir a verlos o no llama la atención. Si las escuelas de música tienen chavales y saben hacer actividades, el futuro de Aragón no estará mal.
¿De qué manera ha condicionado la pandemia vuestro trabajo?
– Ha sido a nivel profesional sobre todo. Compañeros míos que se dedican a tocar en orquestas no han podido hacer prácticamente nada y sobre todo aquí en Aragón. A nivel de organización también ha sido un problema. Si tocas con la charanga, el objetivo es animar, abrazarnos, juntarnos y justo son las cosas que ahora menos puedes hacer. Para la organización de conciertos es un rollo porque las limitaciones ibas variando: ahora un 60% o ahora un 70%. Para el 20 aniversario de la Banda de Graus hice un plan A, luego un B, C, D, E y al final el concierto que hicimos fue el plan F. No es a lo que estás acostumbrado. Entonces dice: que venga gente pero que no se llene, porque entonces es un problema.
“Si las escuelas de música tienen chavales y saben hacer actividades, el futuro de Aragón no estará mal”.
Javi Pérez, director de la Banda de Graus
Junto a la música desde pequeñas
Almudena Trell y Julia Puy son dos claros ejemplos de lo que significa pasión por la música. Estas dos grausinas llevan desde muy pequeñas formando parte de la la Banda de la Asociación Cultural Gradense.
Almudena empezó con la Banda de Graus a los 10 años, cuando se creó la banda joven. Con 16 años se tomó un pequeño respiro y, finalmente, hace un par de años, volvió a formar parte de ella.
A los cinco años sus padres ya le apuntaron a la escuela de música de Graus, pues en su familia siempre ha sido costumbre aprender lenguaje musical. A los dos años de iniciar esa aventura, su profesora le dió la opción de empezar a tocar un instrumento y decidió tocar la flauta travesera. “Y aquí sigo”, subraya contenta.
Julia, que también comenzó en la escuela de música, lleva desde 2006 tocando la flauta travesera. Un año más tarde, en 2007, Javi Pérez, el director de la Banda de Graus, creó una banda joven y Julia no dudó en ir a probar cuando tan solo tenía nueve años. Desde entonces, no ha dejado de tocar.
La casa de Julia siempre ha estado muy vinculado a la música, sobre todo por su padre. Con cinco años empezó la iniciación musical en la escuela de música y con seis años ya podía elegir un instrumento para aprender a tocarlo. “Me acuerdo ese verano, antes de empezar el curso, vimos un cartel por la calle con todos los instrumentos de los que se impartían clases en Graus y mi padre dijo: anda, este año han incluido la flauta travesea. Yo no sabía casi ni lo que era, pero me convenció tanto la explicación que decidí apuntarme”, asevera. Hasta los 13 años estuvo en Graus y después decidió continuar su camino en el conservatorio.
Julia y Almudena vivieron la experiencia del sábado pasado junto a su banda en el regreso al Cine Salamero. “Tocar allí siempre es un lujo, la verdad, y el concierto fue muy divertido. Es muy especial volver al sitio donde tantas veces hemos disfrutado de la música con el pueblo”, afirma Almudena.
Julia, por su parte, explica que el año pasado el covid “nos impidió celebrar Santa Cecilia y no hubo concierto, por lo que el resto que pudimos hacer fueron todos al aire libre debido a las medidas”. “Todos teníamos muchas ganas de volver a celebrar este día tan especial para los músicos y qué mejor que en el cine donde tantas veces hemos tocado”, concluye.