Aínsa fue este miércoles escenario de un nuevo encuentro promovido por el grupo de cooperación ‘Pro Sobrarbe’. Una iniciativa que surgía en 2019 para mejorar la competitividad y la viabilidad económica de explotaciones apícolas y agrícolas. La integran socios como el Ayuntamiento ainsetano, la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), la asociación de hortelanos Arto-Un Paso Atrás, Turismo Verde Huesca y la Asociación Altoaragonesa de Selección de la Abeja Negra Ibérica (ASAN).
Precisamente, la Abeja Negra Ibérica y los trabajos de selección y conservación que se están desarrollando desde ASAN, cuya sede está en Latorrecilla (municipio de Aínsa-Sobrarbe), fueron los asuntos que acapararon gran parte del protagonismo en la ‘Jornada sobre producciones locales y conservación de la biodiversidad’, celebrada en el Eco Museo de la Fauna Pirenaica.
El encargado de abrir la programación fue el investigador y entomólogo Enrique Murria. Alertaba de la progresiva desaparición de los insectos polinizadores, entre ellos las abejas, a causa del cambio climático y pesticidas. También de las consecuencias que ya se aprecian en la producción de la agricultura y los estudios que se están llevando a cabo sobre especies de plantas amenazadas.
Abeja negra, raza autóctona
Por su parte, el catedrático de la Universidad de Zaragoza y miembro de ASAN, Jesús Yániz, expuso las posibilidades en torno al mantenimiento de las abejas en nuestro país. En especial de la abeja negra ibérica como la raza autóctona por excelencia, adaptada al entorno y fundamental para mejorar las producciones de las explotaciones apícolas españolas. La raza se encuentra en un permanente estado de selección y conservación por parte de ASAN. Gracias a él, la asociación ha podido adquirir, por ejemplo, una inseminadora artificial o una amasadora para generar alimento a las abejas en cualquier época del año.
Además la Universidad de Zaragoza, a través de la contribución de Yániz, se encuentra inmersa en labores de análisis genéticos, conservación del semen de las abejas y la puesta en marcha de una herramienta de caracterización. Con ella, un apicultor puede averiguar si sus abejas melíferas pertenecen a esta raza autóctona. Enrique Pueyo, alcalde de Aínsa-Sobrarbe, destaca el notable papel que cumple la existencia del grupo de cooperación. “Es muy beneficioso tanto para incentivar el emprendimiento en torno a los productos locales como para motivar la investigación universitaria. En el caso de la abeja negra ibérica permite mejorar la genética y el manejo de estos animales. También su rentabilidad”, indicada.
Tecnología Blockchain en el sector primario
Con Tiziana de-Magistris, investigadora del CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón), se trató la digitalización como una estrategia para valorizar los productos apícolas. Comentó los proyectos europeos sobre promoción y garantías en la cadena de producción con tecnología blockchain en marcha actualmente desde el centro. Gracias a estos avances, el consumidor final podrá obtener información detallada sobre la procedencia y los métodos de producción del artículo. El turno de la mañana se cerró con dos experiencias de éxito aragonesas; Hidromiel “Rasmia” y “Azafrán de Teruel La Carrasca S.L”, ambas establecidas en pueblos de la provincia bajoaragonesa.
Por la tarde era el turno de enseñar a los presentes dos experiencias locales; la ganadería ecológica Fes en Aínsa, mostrada por su responsable, Luis Lascorz; y el aula “Mis amigas las abejas”, en Latorrecilla, cuya visita corrió a cargo de Francisco Parra. En la primera de ellas, Lascorz habló de cómo fue la transición hacia la ganadería en ecológico y los cambios que ya observa.
Aseguraba que la biodiversidad de los propios campos ha mejorado considerablemente. Del mismo modo que la calidad de la carne que está vendiendo. Por su parte, Parra mostró a los presentes el aula apícola. Compuesta de fotografías, paneles explicativos, colmenas tradicionales de caña y madera y colmenas de observación. A disposición de los interesados que contratan las visitas guiadas y que este año se promocionarán también desde el Eco Museo.
Objetivos comunes
Álvaro González, biólogo de la FCQ y organizador de las charlas, valoraba positivamente la jornada. “Ha sido muy provechosa, generando un vínculo entre participantes que se dedican a lo mismo o a temas parecidos y favoreciendo el intercambio de ideas. También es especialmente positivo comprobar cómo se complementan las visiones de profesionales del ámbito universitario con emprendedores del entorno rural, apoyándose mutuamente para alcanzar objetivos comunes”, señalaba.
Pro Sobrarbe iniciaba su andadura hace casi cuatro años. Le han precedido, sin embargo, otros proyectos de cooperación en los que los implicados ya apostaban por las producciones locales y sostenibles, así como por su promoción y la creación de una certificación ecológica colectiva en la que se centran los esfuerzos de los últimos meses.