El sábado 16 marcha contra el cáncer en Campo. Amoranza, el poema de Bienvenido Mascaray da nombre a esta asociación de ayuda a la investigación contra el cáncer y de apoyo a los niños que lo padecen y a sus familias. La amoranza evoca los momentos en los que, tras un periodo de dolor, “el mundo se ve menos amargo, menos negro. O cuando tras el invierno la nieve se retira y el cielo parece más azul”. Con estas palabras explica Maite Durán el significado de Amoranza. Maite Durán, junto a su hermana Mariví y María Ángeles Serveto impulsaron esta entidad. Ellas, junto a un buen número de voluntarios, han organizado la tercera marcha contra el cáncer en Campo.
Marcha contra el cáncer en Campo
Tendrá lugar el sábado 16 de noviembre. El programa incluye una ruta hacia el mirador de Collabardina para los más animados. Y otra ruta urbana para quienes prefieran la opción corta. Además, se prepara una comida solidaria que elaboran ellos mismos. A esto se suman dos regalos: una actuación de magia y una discomóvil. Todos ellos ofrecen con gratuidad su trabajo. La recaudación de destinará en su integridad a Aspanoa (Asociación de Padres con Niños con Cáncer de Aragón) y al Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón. “Desde el primer año son nuestros receptores. Queremos apoyar la lucha contra el cáncer en Aragón” explica Maite Durán, presidenta de Amoranza.
El pasado año consiguieron recaudar más de 8.000 euros. Una cantidad importante, mucho más teniendo en cuenta la población de la villa ribagorzana. Además de este día, ellas acuden a ferias y organizan postres solidarios a lo largo de todo el año en esta localidad. “No cabe ninguna duda de que Campo se vuelca y cuando se les necesita, acuden. Como en esta ocasión frente al cáncer”, señala.
Asociación Amoranza, contra el cáncer en Campo
La primera vez que llevaron a cabo la marcha lo hicieron a título personal. Vista la buena acogida de la iniciativa optaron por constituirse en asociación para garantizar más transparencia y seguridad tanto a los donantes como a los receptores. La génesis de esta sociedad viene unida a la experiencia personal de Maite Durán. “Yo me salvé del cáncer gracias a la investigación. Los oncólogos me explicaron que mi tumor se curaba desde hacía unos años. Si hubiera caído enferma un tiempo antes, no estaría aquí. Así que me prometí que debía hacer algo por apoyar la investigación. Y, también, a los niños y las familias que sufren este diagnóstico”.