El servicio Apoyos conectados beneficia a 77 personas en el Somontano. Un total de 77 personas se benefician en el Somontano de los servicios que presta el proyecto ‘Apoyos Conectados para la autonomía personal’. El principal objetivo s facilitar que las personas mayores, con discapacidad, dependencia, problemas de salud o en situación de fragilidad puedan continuar viviendo en sus domicilios.
Apoyos conectados, qué es
Apoyos Conectados es un modelo de atención y cuidados ajustado a los principios de vida independiente. Así como a prevención en salud, participación en la comunidad e intervención centrada en la persona. Para ello se utiliza soporte tecnológico y servicios profesionales de proximidad. “Ofrecemos una serie de recursos para desarrollar y respaldar la independencia de los usuarios y las usuarias. Evitamos o retrasamos su institucionalización para que puedan vivir en su domicilio el mayor tiempo posible”, explica Beatriz Aranda, coordinadora del proyecto en Fundación Dfa.
En un primer momento, el usuario disfruta de un sistema de asistencia remota dentro y fuera de su domicilio, a través de una aplicación instalada en su móvil. De esta forma está conectado a una unidad de apoyo, disponible las 24 horas y los siete días de la semana. Esta ‘app’ ofrece otros beneficios como geolocalización, recordatorios de medicación y citas y médicas y contacto directo con el familiar.
Un segundo nivel comprende un kit con sistemas de monitorización y comunicación de variables biomédicas como la tensión, el azúcar en sangre, la presión arterial, el peso, etc. Esto permite tener un estricto control y seguimiento de su salud.
Para aquellas personas usuarias con niveles de dependencia más altos, se presta un tercer nivel de apoyo que combina las soluciones anteriores con el apoyo técnico presencial, acompañamiento o promoción de la autonomía y participación en la vida social. Esta solución es ideal para solventar situaciones de la vida cotidiana como puede la dificultad para desplazarse y realizar la compra.
Además, si la necesidad lo requiere, algunas de los participantes pueden ser controlados en su domicilio. Para ello se utiliza un sistema de sensores que, garantizando la privacidad y protección de los datos, monitoriza la actividad física para prevenir situaciones de riesgo.
Esta red de monitorización, alertas y acompañamiento es de acceso voluntario. Tampoco conlleva coste para el usuario y se prolongará al menos hasta marzo de 2025.