Cuba, por desgracia, no pudo celebrar la Navidad durante varios años por el sistema político del país. Pero a partir del 1997 esta celebración fue declarada de nuevo fiesta. Actualmente, estas fechas se viven en familia y la Iglesia adquiere un papel muy importante.
Raúl Rodríguez Dago nació en Cuba, pero a día de hoy ejerce como sacerdote en Alcampell Tamarite de Litera. Este año vivirá las Navidades en España, pero recuerda cómo se celebran en su país natal. La cena de Nochebuena es el momento de más importancia de estas fechas navideñas en Cuba. “Esta cena indiscutiblemente cuenta con mucha tradición y arraigo en el alma de la sociedad cubana. La familia se reúne para celebrar la Navidad degustando la comida típica del país”, explica Rodríguez.
¿Y cuáles son estos manjares cubanos? En las recetas saladas destaca el lechón asado y arroz congrí. En lo dulce destacan los buñuelos elaborados con la masa de yuca. “Aquellas familias que se lo pueden permitir también acompañan este día con turrones y sidra de España”, añade.
Nochevieja y Reyes también se celebran en familia. “El 6 de enero se trata de que los niños tengan un despertar diferente. Aunque el sistema político hizo todo lo posible para eliminarla, aquí mantenemos la tradición del paso de los Reyes Magos y de sus regalos”, confiesa.
La música y la decoración tampoco pueden faltar en la Navidad en Cuba. “Escuchamos muchos villancicos españoles, pero también cubanos. Consisten en melodías más alegres, ya que se usan los instrumentos típicos, pero también se añaden, por ejemplo, las maracas, y las letras recogen la alegría del campo cubano y de la familia por celebrar el nacimiento del niño Jesús. Respecto a la decoración, tampoco pueden faltar los árboles de Navidad en las casas”.
Rodríguez ya ha vivido varias Navidades en España y confiesa que existen dos costumbres que le siguen sorprendiendo en el buen sentido: “Los belenes y las cabalgatas de los Reyes Magos. Estas dos tradiciones me siguen sorprendiendo porque se mantienen con una fuerza y vitalidad impresionantes, a pesar del secularismo que existe”, concluye.
