Somontano

“El tiempo ya te dice cuándo tienes que escaparte del calor”

Un grupo de amigos se encuentra cada mañana. Entre sus hábitos ninguno de ellos olvida beber suficiente agua a diario ni tampoco perdonan sus salidas cotidianas a la plaza de San Francisco

calor mayores Barbastro
Pascual Gracia, José Mª Pardenilla, Alberto Bolsa y Ruperto López a la fresca. Foto: L. García
Lola Gª Casanova
29 julio 2024

En la plaza de San Francisco, en las mañanas de verano, se reúne un grupo de amigos. Unos más fijos que otros, van pasando por ahí y charlando. Eso sí, cuando llega el mediodía desaparecen.

El calor no les preocupa, lo mantienen a raya con sus rutinas y todos ellos beben agua de forma regular. De hecho, Ruperto López me abre su riñonera y me muestra una cantimplora metálica y nueva de medio litro que se lleva siempre en sus paseos matutinos. “Bien fresquita, y cuando regreso a casa ya no queda ni una gota”.

José María Pardenilla conoce bien los problemas que puede desencadenar una incorrecta ingesta de agua. “Le pasó a un amigo mío. Subió al hospital y ahí se lo dijeron claro: le faltaba agua al cuerpo”. Agua beben: “Más de un litro todos los días, verano e invierno”, afirman sin titubeos todos ellos. Agua y también alguna que otra cerveza sin alcohol, algún vasito de vino en las comidas y uno de ellos, hasta se mezcla un poco de tónica con un mucho de agua. “La tónica lleva azúcar… pero bueno, cambio de sabor”, comenta.

Pero Alberto Bolsa sí vivió un episodio peligroso relacionado con el calor que, por fortuna, quedó en susto. “Sentí un malestar muscular que me subía desde los pies a la cabeza y me mareaba. Así que me resguardé en la caseta. Esperé un ratito, bebí un poco de agua y se me pasó”. De esta forma describe los síntomas de un golpe de calor leve que sufrió hace unos años mientras ataba tomates en la huerta, a pesar de que cubría su cabeza con una gorra. Le quedaba poco trabajo para finalizar y por eso decidió quedarse hasta horas cercanas al mediodía. Al día siguiente, acudió al médico de cabecera y este le dirigió unas palabras tensas y preocupadas: “Nunca más. Que puede ser muy grave”. Confiesa que le cogió miedo y, desde aquel día, jamás volvió a exponerse en horas de máxima insolación.

Pascual Gracia tuvo que dejar la huerta hace unos meses debido a una caída. “Pero lo que más lamento es no poder cuidar de las flores porque les llevaba unos ramos de calas hermosos a las Siervas de María”, explica. Él sigue yendo a su campo de vez en cuando a pasear. Disfruta de largos ratos en la plaza de San Francisco y cuando comienza a apretar el calor regresa a casa. “Vivo en la calle Argensola y ahí hay poco sol y muros recios, el edificio no llega a calentarse por lo que paso muy buen verano”.

Ellos conocen bien estos rincones del barrio de San Joaquín. Bolsa y Gracia se criaron en esas mismas calles. Y recuerdan con entusiasmo cuando, de pequeños, bajaban a pescar al río Vero “encontrábamos unos barbos magníficos” y había también un lavadero en la plaza “que evitaba que las mujeres hicieron la colada en las orillas del Vero”, rememoran.

Y así, entre charradas y tragos de agua pasan un buen rato mañanero. Todos gozan de una buena salud para su edad y los rigores del verano no les afectan demasiado, ni les preocupan.

“El calor ya te indica qué debes hacer, cuándo debes ponerte a cubierto”, señalan. “Hay que ir de sombra en sombra”, dicen, “porque calor ha hecho siempre en verano”.

Consejos para afrontar el calor

    En los mayores, la Asociación de Alzheimer Barbastro-Somontano nos recuerda:

    – Ropa, utilizar prendas ligeras, transpirables y holgadas. Con ellas conseguiremos mayor comodidad para nuestros mayores y disminuiremos la sensación de calor.

    – Dieta, aumentemos el consumo de verduras y frutas. Este tipo de alimentación nos ayuda a estar más hidratados.

    – Beber agua a pequeños sorbos y a menudo. El alcohol y la cafeína no se recomiendan. Tampoco las bebidas azucaradas.

    – Hogar, mantener la casa a una temperatura agradable, sin excesivo frío (cuidado con los aires acondicionados) ni calor. Mantener a los mayores alejados del foco directo del aire acondicionado. Y nunca bajar de los 24 grados. El ventilador es una opción nada desdeñable.

    – Ventilar a primera hora de la mañana o por la noche. Nunca en las horas centrales de la jornada.

    – Salidas, a pesar del calor los mayores deben pasear. Por ello, adecuar los horarios para evitar las horas de máxima insolación.

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