La asamblea Cruz Roja Somontano de Barbastro y Cáritas Diocesana Barbastro-Monzón siguen dando un respiro a la sociedad. La primera cuenta con más de 150 voluntarios en estos momentos, mientras que Cáritas es apoyada por unos 400. Sin estas más de 500 personas, su labor sería inoperante.
Cruz Roja dispone de varios proyectos en los que se distribuye el voluntariado. Por un lado, aparecen los socorros y emergencias, que son los que realizan servicios preventivos y el grueso de dicha asamblea. Otro gran volumen de voluntarios se encargan del transporte adaptado, ayudando a hacer movilizaciones, acompañamientos o transportes de citas al hospital. Dentro del ámbito social, existen voluntarios que ayudan en campañas de captación y teleasistencias. También talleres de memoria para los mayores, proyectos de inmigración (ayudando a clases de alfabetización, a hacer currículums)… En definitiva, un amplio abanico de tareas que hay que solventar cada día. “Lo importante es que quien quiera colaborar puede venir aquí y entonces buscamos algo en lo que ellos se sientan cómodos”, resalta Marta Bordas, coordinadora de zona asamblea Cruz Roja Somontano de Barbastro.
DATO
153Voluntarios tiene ahora mismo la asamblea de la Cruz Roja Somontano de Barbastro.
Voluntariado en Cáritas
El voluntariado en Cáritas funciona de “manera organizada”, tal y como apunta Ana Belén Andreu, secretaria general de Cáritas Diocesana de Barbastro Monzón. La incorporación a la acción voluntaria es un proceso “dinámico” donde se orienta, acompaña y explica a la persona voluntaria la identidad y misión de la institución a la que se incorpora y las tareas que va a realizar en ella. “En Cáritas, las personas voluntarias son el pilar básico e insustituible de su acción, pues, como señala el propio Modelo de Acción Social, el voluntariado de los que colaboran con Cáritas es la realización del compromiso comunitario, fraterno, solidario y con los últimos”, apunta Andreu.
Así, realiza una labor que “acompaña, promueve, soporta, potencia, posibilita, dinamiza, detecta, valora a la persona y dice sin palabras qué se puede contar con ella”. Cáritas dispone de múltiples tareas como las despensas solidarias o los despachos de acogida de las Cáritas parroquiales. Otros voluntarios se encargan de impartir clases de refuerzo escolar. También echan una mano realizando actividades para las personas mayores y discapacitadas, “sensibilizando mientras venden productos de comercio justo”. Otros completan tareas de acompañamiento a personas en el programa de empleo y en tareas administrativas.
Problema de captación
El perfil más común dentro del voluntariado no es la persona joven. Pero no sólo eso, sino que el covid, en el caso de Cruz Roja, ha frenado la colaboración de personas que, “hasta que no ha estado vacunada”, no ha dejado a un lado el miedo. “Es cierto”, reconoce Bordas, que en esos momentos de dureza e incertidumbre por la pandemia, “muchos jóvenes han sido cuando más han arropado y más apoyado cuando éstos no tenían trabajo o estaban en casa confinados. Nos han apoyado a hacer todas estas gestiones en los confinamientos”. Para paliar esta falta de voluntariado entre los perfiles más jóvenes, Cruz Roja intenta fomentar su actividad. Por eso, desde la asamblea, van a lanzar un proyecto de medio ambiente. La idea es captar a voluntarios más jóvenes y “buscar sus inquietudes”.
Desde la asamblea del Somontano de Barbastro demandan gente “con ganas y tiempo” y resaltan que el compromiso “es muy importante”. No es sencillo, pues vivimos en “una vorágine de cosas que no nos permite pararnos”. Sin embargo, Bordas se muestra satisfecha porque “aquí tenemos mucha suerte: la gente se compromete y lo hace”. Y pone el ejemplo de Julián, que está presente en el local de Cruz Roja de Barbastro en el momento de esta entrevista haciendo tareas administrativas.
Lo más común: mujeres de mediana edad
En Cáritas, donde el perfil más común del voluntariado son mujeres de mediana edad, el impacto de la pandemia ha provocado una importante reducción del voluntariado. Hay una parte importante que se encuentra en una situación de espera y que, por distintas razones, no se han incorporado. “Entre las razones del descenso del número de voluntarios en activo se encuentra la incertidumbre ante la nueva situación sanitaria, el miedo al contagio, el descenso de voluntariado mayor ante los riesgos de la covid, o la brecha digital”, explica Andreu.
Desde Cáritas apuntan que para ellos uno de los objetivos “prioritarios” es “captar voluntarios jóvenes”. Para ello mantienen un estudio constante sobre cuáles son sus intereses, sus habilidades y su disponibilidad. De esta manera, se puede ofrecer opciones que “más se adapten a ellos y en las que puedan desarrollar su faceta más solidaria”.
DATO
400Voluntarios apoyan con sus tareas a Cáritas Diocesana Barbastro Monzón.
Los tiempos evolucionan
Antiguamente, la Cruz Roja se afanaba en temas de heridos y enfermos mientras que ahora ha ido mudando a un aspecto más social. Bordas subraya que “la historia de la Cruz Roja comienza como una labor sanitaria. Es cierto que, a medida que ha transcurrido, la institución ha evolucionado cubriendo esas necesidades que se van encontrando en la sociedad. La parte sanitaria la tenemos muy cubierta con el Salud. Sí que nosotros apoyamos esa área, pero no estamos especialmente profesionalizados en eso”, apostilla. A nivel de voluntariado, Cruz Roja Somontano de Barbastro viene participando en infinidad de pruebas y eventos deportivos, como el Campeonato Nacional de Policías Locales –la primera en la que participaron después de la llegada del covid– o el Ciclocross de Graus del fin de semana pasado.