La Escuela de Música permaneció durante años en un local en la calle Teruel. Ahí se llegaron a hacer obras, en 1988, para buscar un reconocimiento oficial que no se logró fácilmente. No fue hasta 1997 cuando ocupó la segunda planta del palacio de los Hermanos Argensola, en la Casa de la Cultura que ya ocupaba la biblioteca en su planta baja. Un cambio en busca de más espacio, que conllevó el aumento de alumnos, hasta alcanzar su récord en el curso 2004-2005 superando los 350.
Esta cifra se ha ido manteniendo más o menos estable, si bien se rebajó en los años postpandemia de covid por cuestiones de aforos y ratios. Una pandemia que obligó, además, a buscar una alternativa para las clases colectivas, llevando a los alumnos de la Escuela Municipal de Música y Danza hasta el hall del paseo fluvial del Centro de Congresos. Fue en el curso 2020-2021 y ahí siguen impartiéndose las clases teóricas y la danza.
Una “reivindicación histórica”
El director de la escuela, Ivan Davias, recuerda que disponer de unos espacios adecuados se ha convertido en una “reivindicación histórica”, pues los actuales carecen de las condiciones apropiadas para impartir formación musical. La hemeroteca de El Cruzado Aragonés confirma el apelativo de “histórica”. En el citado año 1988, aquel permiso de “centro autorizado” se rechazó “por lo inadecuado de las instalaciones”, en aquel año en la calle Teruel.
En 2002, la entonces directora, Belén Castel, declaraba que se encontraban “a la espera de obras de ampliación de espacios”, petición que se siguió prolongando en los siguientes años y que se convirtió en perentoria cuando en 2010, por primera vez, se impartían estudios de danza.
Más tarde, en los siguientes años (2013, 2014 y 2017), se aprobaron varias mociones para buscar un mejor espacio para la Escuela de Música. El último de esos años, bajo el titular “la Escuela de Música se queda donde y como está”, El Cruzado informa de la última de esas propuestas, aprobada por unanimidad. El entonces equipo de gobierno, encabezado por Antonio Cosculluela, mantuvo que “el traslado de la Escuela de Música depende de que se haga el nuevo colegio de Escolapios; cuando eso ocurra, el actual centro escolar pasará a propiedad municipal y en sus instalaciones se ubicará este servicio”.
¿Al colegio de Escolapios?
Pilar Abad, concejal de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Barbastro, se muestra plenamente consciente de esta situación. Y entre los planes del equipo de gobierno actual, aun sin haber definido el futuro uso del inmueble, se plantean la posibilidad de usar, precisamente, el actual edificio del colegio de Escolapios para poder ubicar la Escuela Municipal de Música. El expediente de la compra está abierto. “Es uno de los usos que podría tener, aunque habrá que estudiarlo”, explica, prudente. “Evidentemente, resulta muy difícil que vuelva todo del Centro de Congresos a la casa de la cultura, por el tamaño y los problemas de accesibilidad”, asume. Y añade que este tema es, para el Ayuntamiento, “una preocupación primordial por el gran número de alumnos y porque la música es un bien material que hay que potenciar”.