Somontano

En el Somontano, ya van tres cosechas malas del aceite, y su precio sigue subiendo

El Somontano se prepara para la campaña del aceite, escasa, de nuevo. ¿Cuáles son los motivos de la subida de su precio?

Las oliveras con su fruto esperando a ser recolectadas en la próxima campaña, que comienza en octubre. Foto: C.Lanau
Cristina Lanau Carpi Lanau Carpi
25 septiembre 2023

La campaña del aceite en el Somontano todavía no ha comenzado, pero la gente ya habla, y las noticias no son buenas. En consecuencia, el temor por cuál será su precio ya se encuentra en la calle. Fernando Noguero, de Aceites Noguero, y Antonio Campo, de la Cooperativa San Antonio, coinciden: en 2023 la cosecha tampoco se prevé buena. “La campaña de este año será floja, aunque en el Somontano un poco mejor que la del año pasado. Pero no mucho más porque las condiciones climáticas, sobre todo la lluvia, han sido muy adversas y no ha llovido todo lo que debería”, explica Noguero.

El problema principal, coinciden, la lluvia. “Hay mucha sequera (sequía), como dicen los abuelos. Llegó muy poca lluvia. De hecho, todavía seguimos escasos. Y aunque ahora llueva, lo único que hace es salvar las olivas que hay, es decir, asegurar que no se caigan antes de tiempo y que se engorden un poquito. Así no las encontraremos tan secas y arrugadas como estaban en todos los secanos”, añade Noguero. No obstante, Campo confiesa que “las oliveras están bien pese a la sequía. Finalmente llegó el agua, pero un pelín tarde. Por lo que la cosecha es más bien justita, pero mirando el lado bueno, creemos que será media de kilos”. 

Subida del precio del aceite

El aumento del precio del aceite de oliva es un hecho del que son conscientes ambos. El principal motivo, coinciden, reside en la mala cosecha del año pasado a nivel nacional. Una situación que causó un descenso de los litros de aceite y que acarreó un miedo en la población al desabastecimiento.

“Cuando llega la primavera y ven que viene otra cosecha muy pobre, se tiene la sensación (y la realidad) de que no hay aceite suficiente. Cuando en el sector se dan cuenta de esto, aplican la ley de la oferta y la demanda. Si los precios seguían al mismo nivel, el consumo también, y eso causaría que el aceite se terminara, llevando a un desabastecimiento total. Entonces, ¿cómo controla el mercado esta situación? Subiendo los precios. Existe muy poco aceite a la venta y la gente compraba mucho, así que para vender menos la única fórmula que se conoce es subir los precios. Aun así, vamos a llegar al enlace de la campaña prácticamente a cero. Muchas de las almazaras que conozco ya no tienen nada de aceite”, explica Noguero.

Campo añade otro factor: “Internacionalmente, la crisis de suministro energético nos ha influido en el incremento de los costes de envasado, distribución… Por otro lado, la invasión a Ucrania desestabilizó los precios del aceite de girasol y provocó una mayor demanda del de oliva”. 

Aumento de las ventas

Con esta subida del precio, lo normal sería que las ventas disminuyeran, pero este no ha sido el caso en el Somontano. Noguero y Campo concuerdan en los motivos. Por un lado, existe el miedo al desabastecimiento, por lo que la gente aprovecha y compra “por si acaso”. “En el Somontano siempre habíamos vendido el aceite más caro por su calidad. Y con el aumento del precio, los de la zona, lo hemos subido menos de lo normal y menos de lo que nos decían que deberíamos”, indica Noguero.

En el otro lado, la confianza en la marca. “Esa rebaja de demanda posiblemente llegue a continuación cuando la gente esté abastecida. No obstante, en el Somontano, nuestros vecinos tienen aceite guardado incluso para años. No debemos olvidarnos de que aquí, en nuestra zona, gustan los aceites más suaves, entonces la gente prefiere abastecerse de su marca habitual, antes que de otra”, confiesa Campo.

Cambios en los hábitos de los consumidores

Con este aumento del precio, muchos consumidores habituales del aceite de oliva aplicarán nuevas medidas o hábitos. Un hecho del que el sector del aceite es consciente. “Los ciudadanos dejarán de consumir aceite de oliva para muchas cosas. Esta situación es muy mala para el sector porque esto puede llevar a que se consuma menos o por lo menos con tanta facilidad. Los españoles consumimos mucho aceite y, a la vez, tenemos la mayor esperanza de vida, todo va unido. Yo confío en que la gente se seguirá friendo un huevo frito o aliñando una ensalada, tomate, borrajas o judietas con aceite de oliva. Pero se mirará de consumir menos”, reflexiona Noguero. Por otro lado, Campo añade que “los tiempos han cambiado y ahora se cocina menos en casa o con nuevos electrodomésticos como las freidoras de aire”. 

Si la cosecha es buena, ¿bajarán los precios?

La última pregunta que se nos viene a la mente: si la cosecha de los próximos años es buena, ¿bajará el precio del aceite? Noguero responde que sí: “Todo lo que sube, baja. El precio debería estabilizarse, pero igual que ahora sube demasiado, bajará demasiado porque el mercado es muy irracional. En la zona hemos intentado tener siempre un mercado lo más estable posible con el aceite del Somontano, que es uno de los mejores del mundo. Pero se tiene que valorar porque si no, no podremos seguir haciendo aceite y cuidando las oliveras. En el secano, tenemos una serie de olivares abandonados porque no vale la pena tenerlos. No sale rentable, la gente no va a buscarlas. Entonces a precios como va este año, les valdrá la pena. Pero a precios como los de años anteriores, no sale rentable ir a buscarlas. Y eso es malo para la tierra, la economía de la zona y para todos”.

Sin embargo, Campo mantiene una opinión un poco distinta: “Se ha producido un fenómeno que obliga a subir el precio del aceite porque si no, puede llegar un camión que se lleve todo y te quedas sin poder servir tu aceite a tus clientes. Y si quieres atenderlos, será con aceite de otra marca y más caro del que tú lo has vendido. Por este motivo se usa la subida del precio como mecanismo de autodefensa.

Por último, Noguero termina reflexionando que “esta situación para el sector es muy mala. El precio del aceite no puede ser dos euros, pero tampoco doce. Es una barbaridad porque al agricultor se le está hurtando su derecho a vivir de la tierra. Debemos consumir y tener unos precios razonables para que los del campo se ganen la vida”.

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