Camila Jaramillo Prieto llegó a España desde Colombia hace cuatro años. Decidió estudiar el Grado Medio de Carrocería en el instituto Martínez Vargas y actualmente se encuentra realizando sus prácticas finales en Automóviles Manuel Serrano, en Barbastro.
¿Por qué decidió estudiar este grado?
En Colombia siempre he estado más rodeada de chicos que de chicas y mis amigos se volvían locos por los coches y las motos. Además, sabían mucho de mecánica. Por lo que me enseñaban sobre ello y comenzó a gustarme.
En mi país natal obtuve el título de bachillerato y no sabía qué estudiar después. Busqué desde idiomas hasta filosofía. Siempre sin descartar el mundo de los coches porque me gustaba mucho. Me informé sobre varias carreras, incluso para azafata.
Pero vi que en Barbastro se ofertaba grado medio y, además, gratis, un factor que se agradece porque se trata de una educación muy completa. De hecho, podía acceder directamente al grado superior, pero quise estudiar el medio para aprender bien desde cero.
Ahora entra una nueva ley que aumenta las prácticas finales.
Los docentes se encuentran muy cualificados y nos enseñan a hacer las cosas perfectas. Pero, en el momento de la práctica contamos con menos opciones. Además, en las de clase, si se daña una pieza no pasa nada, pero en tu puesto de trabajo eso ya supone tu tiempo y dinero para la empresa… Los profesores saben que salimos con mucha teoría, pero con poca experiencia. Por eso las prácticas finales adquieren tanta importancia.
¿Se sintió a gusto en clase?
Los profesores me trataron como a uno más desde el minuto uno. Un factor que se agradece porque yo no quiero tener más derechos que el resto de mis compañeros por ser mujer. Quiero ser uno más. Los compañeros también me acogieron superbién. Yo siempre pienso y digo que independientemente de tu género, el respeto debe ser mutuo.
¿Alguna vez le han menospreciado en su oficio por ser mujer?
Pocas veces. Tanto las mujeres como los hombres a menudo me dicen: ¡qué guay! ¿Y te gusta? Pero en alguna ocasión también he escuchado comentarios tipo: “¿Cómo que mecánica? Siempre se ha tratado de mecánicos, no de mecánicas”. También me he encontrado en situaciones en otros lugares de trabajo en el que creían que no servía para otra cosa que para limpiar.
¿Continuará estudiando?
Sí, el Grado Superior de Automoción. Me lo estoy planteando y seguramente lo haga, pero cuando estudiaba para obtener tanto el bachillerato como el grado medio, trabajaba a la vez y esa situación a veces fue difícil. Pero me voy a obligar y continuaré estudiando.
¿Le apoyaron en su entorno?
Mi hermano estudió el mismo grado medio que yo. Vi sus libros y pensé que no entendía nada. Me encantaba, pero no entendía nada. Lo recuerdo como ver una luz al final del túnel y pensar: ¿salgo o no salgo?
Decidí llamar al instituto y recuerdo que una mujer me dijo que no había más mujeres, solo chicos y que sería difícil. En ese momento me entró el miedo porque pensé que quizás los profesores se posicionaban en mi contra, pero hablé con mi hermano y me animó, así que decidí estudiarlo. De hecho, cuando fui a matricularme y además ya llevaba los documentos rellenos, me ofrecieron el grado de cuidado de personas en dependencia. Y les dije que no era ese. Recuerdo que se sorprendieron del hecho de que nos hubiéramos apuntado al grado cinco mujeres.
Comenzaron cinco mujeres y solo terminó usted el grado.
Cierto, pero porque ellas tenían otras prioridades. La presencia de mujeres en estos grados es menor, pero dependiendo del lugar. Porque, por ejemplo, en las redes sociales sigo a muchas mecánicas. Quizás nos lo parece porque nos encontramos en un pueblo.
Yo estudié esto porque me gusta. Las mujeres somos muy fuertes y si nos gusta algo, decidimos ir a por ello. Y si no vamos a por ello quizás es porque no nos gusta tanto.
¿Qué les diría a aquellas mujeres que dudan sobre estudiar un grado de este estilo?
Lo primero, que no se necesita fuerza. En este oficio escucho mucho el refrán más vale maña que fuerza. Además, si necesitas ayuda para algo específico, los compañeros te echarán una mano. Ellos incluso te aconsejan y enseñan desde la experiencia.
Si te gusta un oficio, debes estudiarlo. Vas a pasar toda tu vida trabajando en ello y te debe gustar. Si es lo que quieres, ¿por qué no vas a formarte?