Kate Buil, de Barbastro, se dedica profesionalmente a la fotografía desde el 2009. Desde entonces ha conseguido varios premios y becas, como el accésit Félix de Azara de este año. Actualmente su proyecto De la Montaña “ta la Radíz” está expuesto en la librería Ibor. 

La pasión por la fotografía le viene de familia.

En el año 1979 mis padres abrieron un estudio en Barbastro, entonces lo he visto desde siempre. Estuve estudiando en Zaragoza y ya desde 2009 estoy aquí con ellos. Los primeros años me dedicaba mucho a la fotografía de estudio, pero a partir de 2015 empecé a realizar proyectos más personales. 

¿Qué es lo que más le gusta fotografiar? 

Las personas me interesan mucho porque somos las que hacemos el paisaje. Pero ahora la fotografía se ha convertido por desgracia en que a lo mejor el 75% del tiempo nos encontramos delante de la pantalla de un ordenador. Por lo que siempre que puedo, intento fotografiar el medio natural. Es mi manera de estar en él. 

De todos sus proyectos, ¿podría elegir un favorito? 

Con el proyecto sobre mi abuela María gané la beca Visionados en el Festival BFoto en 2017. Eso supuso un empujón para mi carrera porque me hizo ver que podía invertir tiempo en la fotografía. Cuando te gusta tanto lo creativo, muchas veces, incluso pierdes dinero porque todo el tiempo que implicas no queda reflejado. Así que más que favorito es el que me dio la fuerza que necesitaba para dedicarme plenamente a la fotografía.

El proyecto María versa sobre su abuela.

Concretamente sobre mi abuela materna que nació en 1936. Por suerte en esta zona creo que muchos hemos tenido cerca a nuestros mayores y hemos aprendido de ellos. Pero a nivel de documentación no existe tanto sobre esa generación. Sinceramente creo que para todo lo que han trabajado y supuesto no se les ha hecho justicia. 

Ganó el accésit Félix de Azara con su fotografía ‘Sembrar agua’, ¿qué quiso reivindicar?

Quise poner el foco de atención en la amenaza que acecha al valle de la Fueva con el proyecto de las plantas solares fotovoltaicas, porque eso supondría destruir parte de un valle en el que se ha quedado mucha gente joven con iniciativas saludables que van de la mano de la naturaleza, la agricultura o la ganadería. 

Algunos de sus proyectos están escritos en aragonés.

En la generación de mis padres estaba mal visto hablar en aragonés porque te trataban como un paleto y eso supuso que el idioma se perdiera mucho. Ese hecho me da mucha pena, por lo que siempre que puedo intento empaparme y aprender cosas en aragonés.

Precisamente el texto de mi última exposición está escrito en su totalidad en aragonés y en la presentación un barbastrense me dijo que ese idioma no existe y que nos lo habíamos inventado. Y yo pensé: ¿Cómo va a ser un invento si yo he escuchado a mis abuelas hablarlo? 

¿Qué ha querido mostrar en su proyecto De la Montaña “ta la Radíz”? 

Quise reflejar el viaje de la montaña a la raíz porque creo que somos una de las generaciones que más subimos a montañas altas, literalmente hablando, pero que a lo mejor más desvinculados estamos de la parte que no se ve, como son las raíces o lo verdaderamente importante, que muchas veces se encuentra fuera de la cima.

Con las raíces me refiero a ese vínculo con el medio natural que todos tenemos porque esa relación siempre existe. Pero con los ritmos de vida tan acelerados que llevamos y el estrés continuo a veces no queda tiempo ni para disfrutar de eso. Hablo de esas raíces, las que nos vinculan con lo natural, que no dejamos de ser nosotros mismos. Entonces la exposición se trata de una recopilación de fotografías del medio natural. 

También reflejo la temática de los incendios y por ejemplo muestro parte del incendio de Laspuña, que fue el más grande de la provincia de 2022. Así como el modelo de consumo de cada uno. Vivimos en una zona privilegiada para hacer consumo de proximidad y de producto local. Mientras que a veces no nos planteamos ni de dónde viene lo que estamos comprando. 

¿Próximos proyectos?

Siempre tengo cosas en marcha. Pero es difícil conseguir los apoyos necesarios, sobre todo cuando son intereses personales. Tengo un proyecto que me gustaría mucho que saliera y que se ubica en el Sobrarbe. También tengo algún otro proyecto por el Somontano.