El barbastrense Julio Salinas deja la estructura del Villarreal CF después de seis años. Ahora se marca nuevas metas.
Han sido seis años en Villarreal. ¿Con qué se queda?
Estoy agradecido por haber vivido esta experiencia. También por haber sido capaz de trabajar en una línea o dentro de un paradigma que actualmente no estamos acostumbrados a vivir dentro del fútbol.
¿Es duro estar lejos de casa?
Pues sí. La verdad que es una pregunta muy importante. Solemos tender a decir que es muy guay y es una experiencia muy chula, pero, desde luego, detrás hay un esfuerzo, sobre todo a nivel de familia, importante. Dejas aquí mucho y desde aquí se tienen que apañar. Después hay que estar centrado en el trabajo profesional estando lejos de tu relación familiar… En ocasiones es difícil.
¿El Julio Salinas que se fue hace seis años a Villarreal es distinto al que regresa?
Por supuestísimo. Creo que la gente nunca deja de aprender. Hoy somos diferentes que ayer y mañana seremos diferentes a hoy. Creo que las personas no paramos de desarrollarnos y no dejamos nunca de aprender. De ver cosas diferentes que ahora mismo no vemos.
¿Cuál ha sido tu trayectoria dentro del propio Villarreal en todo este tiempo?
Puedo decir que estos seis años han sido muy enriquecedores. Empecé como entrenador de benjamines y alevines. Posteriormente estuve en el cuerpo técnico del juvenil, en el cual teníamos jugadores como Yeremy Pino, Álex Baena, Fer Niño… Poder trabajar con esa calidad de jugadores y personas es increíble. Al año siguiente se fue Sergio Navarro, el que inició todo el proceso de cambio en el Villarreal. Me propusieron estar en esa acción de metodología. Teníamos que hacernos cargo del Villarreal B para abajo. Toda esa horquilla era nuestra y teníamos que ser capaces de seguir generando conocimiento en los entrenadores para a su vez generar talento en los jugadores. Posteriormente, se crea el departamento internacional, estamos dos en metodología; Luis y yo, con la idea de exportar un poco la marca y metodología del Villarreal fuera de aquí. La primera experiencia fue en Virginia, en Washington (EEUU).
Hay un eterno debate hoy en día ¿Qué prefiere: fútbol moderno o fútbol de antaño?
Son debates como la pintura o el arte. Unas personas prefieren unas, y otros, otras distintas. Me quedo con el fútbol que intenta, desde el minuto uno, ayudar a la persona a crecer. Por supuesto, ese proceso lleva implícito la mejora del jugador. A partir de ahí, no sé si es tradicional o moderno, pero me identifico con este fútbol de desarrollo a nivel personal, para que el jugador crezca.
A la hora de fichar, lo que ahora más se busca es el hecho de conocer emocionalmente al jugador, o sus relaciones personales.
Lo importante es conocer a la persona y conocer cómo se ha construido para, posteriormente, ayudarle desde lo que es él. No desde lo que sé yo. Estoy al servicio del acompañamiento a una persona que entendemos que tiene que desarrollarse y crecer. Desde él y desde su conocimiento. Se establece un proceso y sí que podemos introducir varias cosas.
¿Tiene algún referente?
Tuve la gran fortuna de formarme en Barbastro, donde me desarrollé y me he enriquecido. Estudié Magisterio y Educación Física y conocí en el proceso a un gran profesor como es Alfredo Larraz, de Jaca. Nos iluminó a muchos profesores de Educación Física de aquí. Los entrenadores necesitamos formarnos y ya no solo los entrenadores, sino todos aquellos que trabajamos con personas. En definitiva, somos todos.
¿Cuál será su labor ahora dentro de la estructura del Barbastro?
La idea es ayudar a los entrenadores a formarse y a ver cosas que, ahora mismo, por el día a día del fútbol, porque la sociedad nos demanda así, todo es inmediatez. El aprendizaje es un proceso que pasa por diferentes etapas. No porque no me salga a la primera quiere decir que a la segunda no mejores. Debemos ser conscientes de dónde parto y ayudar a los entrenadores a generar un proceso de entrenador, ni mejor ni peor, diferente a lo que nos han vendido.
Estará muy cerca de usted un barbastrense como Kike Rausell, quien será el coordinador base. Interesante tándem.
La figura de Kike es importante. Se ha criado en Barbastro, ha estado por sus equipos y ha sido jugador del Barbastro. Se ha tenido que desarrollar fuera de la ciudad, también en otras especialidades, no solo en el fútbol. Ahora hemos recalado aquí con el objetivo de ayudar a los entrenadores a crecer y, por supuesto, para intentar que estos niños se desarrollen a nivel futbolístico y personal.
¿Tiene frentes abiertos?
Estoy contento porque no han parado de llegar ofertas, algunas para salir fuera, pero las deseché enseguida. Es cierto que hay una propuesta importante. Ahora mismo estamos barajando las diferentes posibilidades para ver qué es lo mejor para el futuro familiar.