En España tenemos un dicho que reza así: “Detrás vendrán que bueno me harán”. Tengo que reconocer que el expresidente Zapatero me caía bastante mal, tanto que creí que era lo peor que había tenido este país, pero, según mi opinión, el presidente Sánchez lo supera con creces.

Los manejos que está llevando, saltándose las normas democráticas me parecen bochornosos. En primer lugar, no es de fiar una persona que con tanta facilidad cambia de parecer, según convenga a sus intereses. Estos días estamos viviendo unos acontecimientos sonrojantes con la manipulación política que se está haciendo con la elección de jueces. Por parte de todos. Parece que la separación de poderes es un cuento chino para los políticos españoles. Cada grupo acerca el “ascua a su sardina”. No entiendo por qué se llaman progresistas. No veo ningún progreso en sus actuaciones. Como a los otros se les llame conservadores: ¿qué conservan?

Otra cosa que tampoco me gusta es su modo de dar explicaciones, cuando las da, siempre atacando en lugar de responder a lo que se le pregunta. ¿Quién puede negar que los cambios en el Código Penal es para favorecer a los políticos independentistas? ¿A cambio de qué? Todavía tengo en la mente las imágenes de Barcelona en llamas.

¿Para que le aprueben los Presupuestos? Para eso también se ha aliado con Bildu, como si los 853 asesinatos de españoles más los “efectos colaterales”, como familias destrozadas, amigos que no han superado el trauma de ver morir a su mejor amigo, víctimas con secuelas para toda su vida, etc., de esa época negra de la Historia de España, no fueran significativos.

Tampoco acabo de entender esa adhesión incondicional de muchos políticos. Me pregunto si los diputados aragoneses no se dan cuenta, o no se la quieren dar, de la discriminación que está sufriendo nuestra Autonomía con respecto a las consideradas “históricas”.

Todos los beneficios, todas las inversiones del Estado pasan de largo por Aragón. ¿Me quieren decir que hacen en el Congreso? Podemos hablar de la utilización sin control de los recursos del Estado.

Es cierto que como presidente tiene derecho, pero considero falta de ética asistir a la COP en Egipto en un súper avión con un pasaje muy reducido. ¿Con qué cara pedimos a los demás que eviten emitir Co2 a la atmósfera si los mismos que lo están pidiendo la están contaminando tan alegremente?

No hace falta tener muchos años para recordar cómo renunció al acta de diputado por no votar lo que, incluso, le estaban pidiendo sus compañeros de partido. Lo que no me puedo explicar es cómo volvió triunfante hacia la Secretaría General del PSOE. ¿Cómo lo pudo conseguir? Aun así, me descubro pensando que él también es hijo de Dios y pido al Señor que lo ilumine, aunque hasta ahora no lo veo muy claro.

Escuchar los informativos es un verdadero suplicio en todos los sentidos: guerras, corrupción, manipulaciones… Tenemos una generación con un grave déficit de hombres de Estado que pasen a la Historia como personas que se esforzaron por el bien de TODOS los españoles.
Espero que un día podamos celebrar que eso se ha conseguido .