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Manolo Garrido Al levantar la vista
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Frío y lumbre

Manolo Garrido Al levantar la vista
06 enero 2025

Escribo el domingo 29, un día muy protagonizado por la familia, una institución natural que claramente es necesario cuidar desde todos los ámbitos y que la Iglesia protege y alienta, proponiéndonos su potencialidad decisiva para construir la sociedad. Lo hace la subcomisión episcopal para la familia y la defensa de la vida, que subraya su protagonismo en “una sociedad herida por el aislamiento, la soledad y la ruptura de los lazos comunitarios”.

Con una realidad sociológica que evidencia problemas, se destaca la familia como la estructura donde “se aprende el sentido de la solidaridad, la gratuidad y el cuidado del otro”.

En estos días de cambio de año, cabría revisar actitudes y comportamientos que todos podemos mejorar en nuestro entorno. Sobran individualismo, división y desencuentro, y falta consolidar los vínculos, dando importancia a los detalles, sin escapismos, pensando que es tarea de todos los que forman cada familia. Ayer mismo lo sugería el Papa, cuando animaba a comer juntos en la mesa, a hablar y no estar con el móvil.

Creo realmente que hay mucho positivo que no tiene brillo ni sale en los medios, que tendemos a destacar lo negativo, que existe. Francisco Serrano recordaba en ABC que el “43 %, menos de la mitad, de los encuestados en el barómetro sobre la familia piensan que hoy hay una valoración social y laboral positiva a la hora de formar una familia, la cifra más baja de la serie histórica del barómetro”.
Y si nos referimos a las prioridades, los estudios reflejan que entre las de los menores de 45 años, el orden sería: viajar y conocer otras culturas; mejorar en su vida profesional; ampliar estudios, y por último, el 52,5 % formarían una familia.

Otras informaciones sobre la realidad española y la UE reflejan la tardanza en casarse y la caída de bodas religiosas. Lo que recuerda Serrano supone un auténtico reto: cuatro de cada 5 matrimonios (79,9 %) lo hacen exclusivamente por lo civil. La crisis de nupcialidad que se vive en España es de tal magnitud que mientras en 1975 se realizaban 745 matrimonios diarios, en la actualidad son apenas 491 a pesar del aumento de la población. España es el séptimo país del mundo con peor índice de fecundidad…”.

Tengo sobre la mesa el calendario de 2025 editado por el Ayuntamiento de El Grado y que les recomiendo. A sus destinatarios mayores les reconoce ”esas largas horas que pasan en casa mientras los demás corremos de un lado para otro con una larga lista de tareas por resolver”. Me parece digno de tener en cuenta este canto a lo esencial y a evitar precipitaciones y hábitos que nos alejan de lo importante. Y, esto es cosecha mía, la custodia y promoción de los valores familiares son una contribución decisiva. Tantas veces sobran complejos en las instituciones y en los dirigentes para apoyar lo verdaderamente constructivo.

Son tiempos de lucha y esperanza, sin lamentos, apoyando a los que sufren pruebas, enfermedades, pérdida de seres queridos, pobreza o incomprensión. La esperanza nos lleva a la confianza en lo mucho que cada uno puede hacer en su ámbito, sabiendo como escribe Ana Iris Simón que “es del frío de donde surge la necesidad de una lumbre”.

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