«Dols deja una herencia de arquitectura moderna, sincera y madura, que trasciende cualquier convención». Así lo afirma Javier Domingo de Miguel, autor de la tesis ‘La arquitectura de Heliodoro Dols Morell’, defendida en la Universidad de Navarra.
El autor realiza un estudio de las principales obras de Dols, Premio Nacional de Arquitectura en 1965, y pretende descubrir al personaje en su contexto histórico. También, paliar el vacío historiográfico sobre su figura. El cuerpo principal de la investigación se ha basado en el archivo del arquitecto.
«Dols ha permanecido un poco en la sombra. En parte por no vivir ni en Madrid ni en Barcelona, que han sido los focos principales, al menos hasta ahora, de la discusión arquitectónica en España. Y en parte, porque su obra más conocida, Torreciudad, no ha sido un proyecto especialmente mediático. Tampoco él ha buscado estar en la vanguardia, ni salir en las revistas», señala.
Inspirado en Gaudí y Lloyd Wright
Según Javier Domingo, la obra de Dols se inspira en Gaudí y con influencias de Frank Lloyd Wright. Se basa en la fuerza expresiva de los materiales y de los elementos tectónicos, en la autoridad de la arquitectura adintelada heredada del mundo antiguo, en el empleo de elementos implacables como la cubierta, la columna y el muro.
«Se puede considerar a Dols entre los más expresionistas de los organicistas, con una evolución final hacia las ideas posmodernas de fin de siglo», afirma.
Sin embargo, a su juicio, es difícil calificar su obra. «Se le ha incluido en el organicismo, pero también tiene influencias del expresionismo alemán, por ejemplo de Hans Poelzig. Y también, más tarde, de Hans Scharoun”, indica. Y añade que “Dols destaca por su espontaneidad y un sano desprejuicio que, de alguna manera, le han hecho estar al margen de modas y estilos».
Torreciudad, referente de la arquitectura religiosa
El santuario de Torreciudad, su obra más conocida, «constituye un referente en la arquitectura religiosa de la segunda mitad del siglo XX», destaca Domingo. Esta obra, explica el arquitecto, contiene las principales características que marcarán su trayectoria:
- la integración de la arquitectura en el paisaje
- la referencia a la arquitectura popular y la tradición
- la geometría como vehículo de expresión y creación formal
- la búsqueda de la integración de las artes en estrecha colaboración con importantes artistas plásticos
«Torreciudad es un proyecto muy extenso, que dura varios años, y que Dols realiza muy joven, por lo que necesariamente ha marcado su trayectoria», añade.
Desde que Dols comienza la obra de Torreciudad, reside en Aragón, primero en Barbastro, y desde 1973 en Zaragoza. «En esta ciudad ha desarrollado toda su carrera y ha sido respetado y querido por los arquitectos aragoneses».
En este sentido, otra característica de su obra consiste en que «siempre ha proyectado mirando lo que ya había, la arquitectura popular y la tradición, intentando mejorarla y realizando su aportación personal».
Heliodoro Dols
Heliodoro Dols (Valencia, 1933), comenzó su carrera profesional en Madrid junto al ingeniero y pintor Fernando Delapuente. Pertenece a una generación de arquitectos que serán protagonistas en la consolidación y caracterización de la arquitectura moderna en España, protagonistas del denominado organicismo madrileño de los años 1958-1968.
Entre sus obras destaca la fábrica de embutidos Postigo (Segovia, 1963), en colaboración con Curro Inza; el santuario de Torreciudad (Huesca, 1975); el Colegio Mayor Peñalba (Zaragoza, 1978); y la ordenación del entorno y viviendas en la Plaza de San Bruno (Zaragoza, 1990).
El autor de la tesis, Javier Domingo, es arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra (1997) y Máster en Diseño y Gestión Ambiental de Edificios por la misma universidad (2012).
Entre 1997 y 2002 colabora profesionalmente en el estudio de Heliodoro Dols. Desde el año 2002 cuenta con estudio propio en Huesca, desde donde desarrolla proyectos de rehabilitación y de obra nueva.