Jamás imaginé la fuerza y la actualidad que podía tener este adverbio de tiempo hasta desvelar el verdadero sentido de lo que celebramos en la liturgia. Aunque nos encontramos a dos mil años de distancia de aquella primera navidad, HOY, al celebrarla en el altar y prolongarla en la mesa familiar nos adentramos en el gran misterio del amor que es la Encarnación del Hijo de Dios.
No estamos sólo evocando, recordando o recreando un acontecimiento que tuvo lugar en el pasado, sino que HOY actualizamos la MISMA SALVACIÓN que acaeció entonces en la vida de los que se encontraron con el niño Dios en el portal de Belén.
Tú y yo somos unos privilegiados porque la podemos celebrar HOY con mayor realismo y proximidad a Cristo mismo que la de sus propios coetáneos.
Esta actualización litúrgica del Misterio de la Encarnación que celebramos HOY es de carácter sacramental, es decir, no sólo nos llega la salvación sino que el mismo acontecimiento que fue histórico se actualiza por medio del sacramento de la Eucaristía que estamos celebrando. Cada vez que el sacerdote pronuncia las palabras sagradas, es Navidad.
Dios emerge sacramentalmente en el altar, en tu vida. Los creyentes tenemos diferentes modos para “templar el alma”; sin embargo, la celebración litúrgica se constituye como fundamento, de todos y para todos, y es la espiritualidad oficial de la Iglesia. En la liturgia expresamos lo que creemos y vivimos. El sacerdote que preside hace presente, visible y sensible a Cristo.
Las celebraciones de estos días nos van a adentrar en el gran Misterio del Amor: por una parte celebramos la alegría del nacimiento del Niño Dios y, por otra, la razón de ser de su venida, morir en la cruz por la salvación de la humanidad. Son como las dos caras de una única y misma moneda.
Te invito a vivir cuasi sacramentalmente en tu hogar, en primera persona, aquel momento fascinante de la llegada de Dios a tu hogar para que pueda reinar en el corazón de los integrantes de tu familia. Hagamos de nuestra vida una Eucaristía viva actualizando el misterio que celebramos.