El Municipal de los Deportes de Barbastro ha sido testigo, en los últimos meses, de una revolución en las gradas que tiene un nombre propio: la Brigada Rojiblanca. Este grupo de jóvenes aficionados ha transformado el ambiente en cada partido de la UD Barbastro, llevándolo a un nivel de pasión y energía pocas veces visto. Con tambor, bombo, banderas y, sobre todo, con voces incansables, estos chavales se han convertido en el corazón del estadio.
Los inicios de la Brigada Rojiblanca se remontan a hace pocos meses. Todo surgió de una idea de Pablo Sallán y Jorge Miguel, quienes observaron que «veíamos que pasaba la temporada y que no había mucha gente en el estadio». Decididos a cambiar esa situación, «propusimos una idea entre nosotros dos, se la dijimos a nuestros amigos. Poco a poco se fue apuntando cada vez más gente». Este esfuerzo ha dado lugar a un grupo de entre 20 y 30 integrantes, en su mayoría antiguos jugadores de las categorías inferiores del Barbastro.
Con recursos propios y algo de ayuda por parte de la UD Barbastro, los integrantes de la Brigada han logrado equiparse para animar en cada partido. «Nos dieron facilidades en material, hacer los tifos y nos dejaron el bombo», comentan, aunque también han tenido que adquirir por su cuenta otros elementos como banderas y tambores. Todo esto lo hacen sin esperar nada a cambio, motivados por su amor al equipo.
Su experiencia en Copa del Rey
En las gradas del Municipal, su energía ha sido crucial, especialmente en los partidos de Copa del Rey. «Contra el Amorebieta y Espanyol nos gustó porque ganamos. Contra el Barcelona, no nos gustó tanto el partido», recuerda Sallán. A pesar de ello, ambos coinciden en que «el día del Amorebieta y el del Espanyol son los días que más hemos disfrutado». Incluso bajo una gran tormenta durante el día que se compitió contra el club vasco, su apoyo no flaqueó, y los jugadores sintieron el respaldo de esta nueva generación de hinchas.
La Brigada también ha valorado el futuro. «La idea es continuar y pronto hacer desplazamientos, y a ver si el club pone de su parte y podemos viajar», comenta Jorge Miguel. Entre los viajes planteados, menciona desplazamientos como Calahorra, Ejea y Teruel.
En cada partido, los veteranos del club también han tomado nota de su entusiasmo. «La verdad es que nos transmiten mucho apoyo porque sin nosotros no habría apoyo», aseguran los fundadores. Para quienes quieran unirse, Jorge anima a contactarlos a través de Instagram, donde tanto ellos como el club están disponibles para responder.
El sueño de estos jóvenes va más allá de los resultados inmediatos. «Tenemos toda la intención de seguir porque amamos al club y a este equipo», afirma Sallán. Mientras, Jorge Miguel insiste en que el primer objetivo es «salvarnos del descenso». Sin embargo, no dejan de soñar con nuevas clasificaciones para la Copa del Rey y momentos memorables.
Una gitana les predijo que «el Barbastro iba a salir campeón», y ellos están decididos a hacer todo lo posible para llevar al club en volandas y así lograr la tan ansiada salvación. La Brigada Rojiblanca ha demostrado que el espíritu de equipo no solo se vive en el campo, sino también desde las gradas, donde la pasión por los colores rojiblancos late más fuerte que nunca.