La campaña de recogida de la oliva se presenta menor, en cuanto a cantidad, que la anterior. La falta de lluvias durante este año ha sido clave para mermar el fruto de los olivares de la comarca de forma significativa. Todas las miradas están puestas en la meteorología. Y a ello se aferra el sector aceitero. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el olivo no es constante en su producción. Lo explica Antonio Campo de la Cooperativa San Antonio.
«El año pasado fue extraordinario y se batieron récords. Entre todas las almazaras se elaboraron 6 millones de kilos de aceite, de los cuales 2 millones los hicimos nosotros. Al ser tan bueno el año pasado, éste va a ser más flojo porque el olivo es irregular dando fruto y tenemos que ser prudentes. Pensamos que nuestra producción no va a llegar al medio millón de kilos», indica.
En el mismo sentido, Carlos Rodríguez de Ecostean asegura que la campaña de la oliva va a ser «más tranquila y bastante menor que anteriores». «Seguramente recojamos la mitad que el año pasado. Unos 150.000 kilos. Esa es la previsión porque aquí el secano ha sufrido mucho y se nota que va a ser complicado. Además, venimos de un cosechón histórico y es difícil llegar a esos niveles. El tema de la sequía es lo que más nos va a condicionar», indica, reconociendo que no cree que llegarán a Navidad, sino que a mitad del mes de diciembre ya habrán terminado la cosecha.
La calidad no se pierde
Aunque la cantidad disminuya, la calidad no lo hace. Las buenas condiciones climatológicas ayudarán a que la calidad de los aceites sean muy buenos pero por contra, la producción será menor. «En el Somontano, aunque quisiéramos hacer mucho estaríamos limitados por las variedades tradicionales y secanos. Nos delimitan mucho la producción. Pero es verdad que siempre, si no pasa alguna cosa extraña, todas las empresas hacemos aceites de una calidad muy buena», señala Rodríguez.
Confiesa que durante este año ha echado en falta «más mano de obra» porque la campaña muchas personas se animaron a recoger y ayudar debido a la «coyuntura de que había una enorme abundancia de oliva». Por su parte, Campo confiesa que si por algo son reconocidos en la zona es «por el alto nivel y diferenciado de nuestros aceites». «Aunque esta temporada la cuantía sea menor, todas las referencias que tenemos es que la categoría del rendimiento seguirá siendo bueno. Se vende prácticamente todo y a un precio razonable para el agricultor», afirma.
Denominación de Origen
El proceso para la creación de la Denominación de Origen Aceite Somontano sigue con buen pie y «tarde o temprano será una realidad». Lo asegura Rodríguez quien, además, es presidente de la Asociación Oliveras del Pirineo, entidad que lleva el proyecto. «Al tratarse de algo administrativo va más lento de lo que nos gustaría. Pero ya presentamos los primeros estudios de las tierras, variedades y aceites. Poco a poco vamos completando el proceso de conversión en Denominación de Origen. Buscamos tener un producto de máxima calidad para competir en cualquier sitio y tener unos aceites de los que estar orgullosos», detalla.
Campo indica que es casi una «obligación» para poseer más potencial. «Si todo va bien en un año o dos podríamos tenerla. Lo bueno es que partimos de una calidad apoyada. Nuestra idea como cooperatiava es poder continuar manteniendo el precio de venta, incluso si la Denominación de Origen permitiera elevarlo, lo transmitiríamos a asociados y agricultores», concluye.