La cooperativa de Estadilla mejorará la gestión del estiércol. La Cooperativa San Lorenzo de esta localidad impulsa la creación de una planta de purines en la localidad. El proyecto, que supondrá una inversión de más de 1’27 millones de euros, se ha presentado recientemente en la localidad. Junto a los promotores, responsables del Ayuntamiento y el despacho técnico Inagro Consultores. Para la inversión total, la cooperativa va a contar con una subvención de 877.000 euros, dentro de una línea del Gobierno de Aragón destinada a sistemas de gestión de estiércoles en ganadería y enmarcada en los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España.
Según recoge la memoria del proyecto, se trata de instalar un sistema de separación de sólido y líquido del estiércol, con una capacidad de la instalación de procesar 200 metros cúbicos al día. A través de este sistema, la cooperativa consigue reducir el contenido de nitrógeno y, por tanto, el alto índice de saturación que sufre ahora el municipio. También se obtiene una fracción líquida apta para fertirriego y materia orgánica para compost.
Saturación de la cabaña ganadera
La cooperativa impulsa este proyecto para afrontar la problemática que sufren parte de sus socios, con una gran saturación de la cabaña ganadera en comparación con el terreno de cultivo existente. De este modo, indican, “el proyecto contribuye a las buenas prácticas agrarias con el fin de reducir la contaminación producida por los nitratos de origen agrario“.
Entre los beneficios, destacan, “se mejoran las propiedades fertilizantes del estiércol, se reducen los costes de aplicación a los campos a fertilizar ya que facilita el transporte y la aplicación de la fase líquida, elimina el olor y gases emitidos a la atmósfera”.
La fracción sólida prensada presenta ventajas como el fácil manejo, almacenamiento y transporte. Además, es compostable. En cuanto a la fracción líquida, pasa a depósitos de decantación en los que se añaden floculantes, un compuesto químico para mejorar su limpieza.
La parte sedimentada regresa a la balsa de purines cubierta para integrarse otra vez al proceso, mientras la parte líquida pasa por un sistema de membranas de ósmosis inversa. De ahí se obtiene una parte de rechazo, con un alto contenido en nutrientes que se destina a fábricas de abonos y un agua limpia, apta para utilidad para riego o fertirrigación.
