La expedición de Montañeros de Aragón de Barbastro ha completado el desafío del Aneto-Barbastro. El grupo llegó durante la mañana de este sábado en la tienda de Julián Mairal. En el evento, se congregaron numerosos socios para dar la bienvenida a los participantes, quienes lograron concluir una travesía de 140 kilómetros en un tiempo total de 28 horas.
El reto consistió en alcanzar la cima del Aneto y descender hasta Barbastr. El objetivo consistió con en llegar a las 12 del mediodía para unirse a las celebraciones del 75 aniversario del club. La ruta atravesó el valle de Coronas hasta el valle de Vallibierna, para luego descender a Benasque. Desde allí, los montañeros continuaron hacia Castejón de Sos, el puerto de la Muria, Campo, Tierrantona, La Fueva, La Puebla de Castro y finalmente Barbastro.
La expedición estuvo compuesta por Julián Migales, Mariano Lacambra, Rubén Rodríguez y Miguel Sanz, de Barbastro; Fernando Latorre y Alejandro Castarlenas, de Estadilla; Ernesto Ester, de Huerta de Vero; y Jaime López, de Peraltilla. Sin embargo, varios integrantes debieron abandonar la travesía por diversos motivos.
Un llegada por todo lo alto
Finalmente, a las 12 horas, un grupo de cuatro montañeros llegó a la tienda de Julián Mairal. Allí, numerosos socios les recibieron, algunos de los cuales portaban pancartas en señal de apoyo. Los montañeros que completaron el reto expresaron que, a pesar de haberse divertido, la noche fue particularmente difícil. También admitieron que la travesía resultó extensa y señalaron la falta de agua en algunos pueblos como una de las principales dificultades.
Alejandro Castarlenas, con cuatro retos similares a sus espaldas, comentó que “la gente te arropa, te abraza, te da besos, te tomas, nos entrevistan los periodistas, y nos genera un plus de emoción. Es una cosa que a nosotros nos gusta hacer sin recibir nada a cambio, pero estamos muy contentos”. Además, el grupo resaltó la importancia de la preparación mental, mencionando que “requiere entrenamiento, pero mentalmente es muy sufrido para tener momentos de estar arriba y estar abajo”.
En cuanto a la preparación física, los montañeros indicaron que se basó en carreras por montaña, aunque no se entrenaron específicamente para este reto. “Quizás hemos hecho tiradas más largas. Sin embargo, la preparación mental, ya no física, ha sido bastante gorda”, afirmaron.
El tramo más duro de la travesía fue, según ellos, los últimos 20 kilómetros desde Naval, debido al calor. “En la última parte te sale todos los males”, señalaron, añadiendo que lograron mantenerse centrados y unidos para evitar desmoronarse.
Respecto a futuras expediciones, los montañeros expresaron su deseo de repetir la experiencia, agradeciendo el apoyo de compañeros y familiares, fundamental para su éxito. “Hemos llegado cuatro, pero el grupo somos más personas. Salimos ocho, pero otros por circunstancias se han retirado”. El montañero mencionó a Fernando Latorre, Ernesto Ester y Miguel Sanz, quienes se retiraron en Naval, y a Rubén Rodríguez, que se torció el tobillo en Ligüerre. También hicieron mención a Brahim, quien les proporcionó avituallamiento, y a Josán Grau, que les acompañó desde Navarri, recorriendo 70 kilómetros con ellos.
Placa conmemorativa del 75 aniversario del MAB
Tras un breve descanso, los montañeros participaron en la presentación de una nueva placa en la avenida Pirineos, en reconocimiento al Club Montañeros de Aragón. José Masgrau, presidente de Montañeros de Aragón de Barbastro, declaró que la placa, donada a la ciudad de Barbastro, tiene como objetivo embellecer la entrada desde los Pirineos. “Barbastro siempre ha sido un enclave comercial que ha dado servicio a los valles pirenaicos”, afirmó.
La placa fue instalada el 25 de julio, coincidiendo con el 75 aniversario del club. Fernando Torres, alcalde de Barbastro, expresó su satisfacción por la colocación de la placa y recordó que hace 25 años se colocó otra placa en la parte inicial de Barbastro hacia el Pirineo. Asimismo, mencionó a los presidentes del club que han continuado el legado de amor a la montaña a lo largo de los años.
“Hoy es un día de celebración, de recordar a aquellos que han pasado por Montañeros y los que siguen. Sobre todo para continuar el gran legado que dejó Luis Paul en el refugio de Estós y que hoy en día todos aquellos montañeros están viendo desde el cielo”, concluyó el alcalde.