La lluvia en Aínsa impidió disfrutar de una Morisma completa. Con un aforo de público a rebosar y cuando las tropas cristianas ya habían vencido a los musulmanes, se tuvo que interrumpir la puesta en escena de La Morisma. El cielo había intensificado la lluvia que ya caída desde hacía un rato y, por cuestiones técnicas, no se podía continuar más. Apenas faltaban 20 minutos para el desenlace.
La lluvia, el motivo
Así la presidenta de la Asociación La Morisma, Isabel Bergua declaró: “Desde la organización pedimos disculpas. Disculpas a todo el público por habernos visto forzados a tener que cortar la representación. Lamentándolo mucho, pero la orden técnica era que ya no podían aguantar más, había riesgo con todos los cables por el suelo. A nosotros nos habría gustado llegar hasta al final aunque fuera con lluvia, pero no ha sido posible. Parece que el micro también ha fallado en el momento del cierre de la representación, así que queríamos transmitir nuestras disculpas”.
Y dio las gracias “a todos los voluntarios por el esfuerzo, así como a los actores y al público, porque han estado aguantando como jabatos, pero ha habido un momento en que ya nos estaba pareciendo demasiado”.
A pesar de este abrupto final, la representación transcurrió con normalidad y llena de emoción. En esta edición se produjeron numerosos relevos. Por ejemplo, en papeles destacados como las reinas mora y cristiana. Ahora les toca a dos jóvenes de la localidad, Martina Santos y Elena Buetas. También se estrenó un jovencísimo Miguel Rubio, de Casa Serena, en el papel de Lazarillo.
Asimismo tras el inevitable cierre, un pequeño grupo de la organización entregó a José María Lacoma la Real Orden de La Morisma, aunque no se disponen de imágenes de dicho momento, ha explicado Bergua.