Las calles de Barbastro se llenaron el sábado de cientos de peñistas dispuestos a participar de la concentración nacional que se celebra en la capital del Vero. Desde las 11 horas disfrutaron de comidas en hermandad, conciertos y muchos pasacalles, siempre acompañados de los sonidos de las charangas. ¿Porque dónde se ha visto una fiesta de peñistas sin una charanga de por medio?
Hace diez años, aproximadamente, las charangas comenzaban a surgir poco a poco en Barbastro y alrededores. Ahora no se concibe un programa de fiestas sin la presencia de estas. Además, Barbastro disfruta del privilegio de contar con tres de estas bandas: El Pincho, la FUNBAND (estas dos presentes en la fiesta de mañana) y la Somontano. Unas formaciones que, además, cuentan con varios compañeros en la zona como Los Metralletas, en Alcolea del Cinca.
Los cuatro coinciden en dos aspectos: pertenecer a una charanga forma parte de una afición y la presencia de estas bandas de música en los últimos años ha aumentado en las celebraciones aragonesas.
Nacimiento de las charangas
El Pincho protagonizó recientemente una de las noticias de estas páginas por haber obtenido el tercer puesto en el Festival de Charangas y Fanfarres de Poza de la Sal (Burgos). Esta formación nació en 2007 en el local de la peña DBD, anterior a La Pómez. Un grupo de jóvenes peñistas se encontraban aburridos un día de fiestas y pensaron en lo mucho que animaría en ese momento una charanga. Pero claro, en Barbastro no existía ninguna. Por lo que decidieron crearla.
Con la ayuda de un buen amigo, David Bardají, que tocaba en una orquesta, y de su padre, músico, comenzaron la andadura. Ninguno de los miembros sabía tocar ningún instrumento, pero gracias a la ayuda de estos dos estadillanos se aprendieron unas canciones y surgió El Pincho. De hecho, una de las primeras melodías que se aprendieron fue Pincho de tortilla, por lo que el público se la pedía continuamente. De ahí, el nombre de esta formación. En ese momento la conformaban cinco o seis personas, ahora 24. El joven Alberto Mendoza Hernández es uno de ellos, quien nos explica la historia de esta formación.
Sin embargo, los inicios de la FUNBAND, allá por el año 2012, podría decirse que fueron más “profesionales”, ya que se encuentran íntimamente relacionados con la Banda de Música Ciudad de Barbastro. Alberto Caracciolo y Leila Borbón, dos de los fundadores, lo explican: “Éramos un grupo de gente joven de la banda de música y se nos ocurrió la idea de montar una formación aparte. Nuestra idea inicial no se centraba en forman una charanga como tal, simplemente queríamos diferenciarnos un poco y tocar en vermús, por ejemplo. Además, en Barbastro comenzaban a emerger las charangas, de momento solo estaba El Pincho y Los del Vero. Pero en ese momento no suponían una moda”.
Leila añade: “Recuerdo que lo hablamos en el bus de la banda cuando nos encontrábamos yendo a tocar a El Grado. Además, el presidente de la banda, Javier Pérez, lo vio una opción muy buena y decidió apoyarnos y gestionar todo lo que necesitábamos en un principio”. Ambos coinciden en que “éramos unos críos cuando la formamos. Ahora la charanga la conformamos once u doce personas, pero normalmente tocamos nueve o diez. En pocas ocasiones coincidimos los doce”. Precisamente también achacan a esa temprana edad el nombre de la charanga. “Lo pensamos por la introducción de la película Batman, ese fue el error, (ríen). En todas las actuaciones decimos que tenemos que cambiar el nombre, pero ya nos conocen como la FUNBAND. Ahora ya forma parte de nuestra broma…”.
De Barbastro a Alcolea
La charanga Somontano, como su propio nombre lo indica, también nació en Barbastro. Y surgió a raíz de otra: la charanga del Vero. Guillermo Fuertes, conocido entre sus amigos como Pitu, y Arsenio Sicilia formaron parte de esta e iniciaron el camino para crear la del Somontano. “Los miembros de la del Vero, la mayoría de ellos jubilados, ya se encontraban cansados de la charanga. Por lo que en 2010 decidimos tomar el relevo y montar nuestra propia banda”, explica Fuertes. Por otro lado, Sicilia explica por qué decidieron tomar el nombre de la comarca para el de la charanga. “Veníamos de la del Vero, por el río que atraviesa Barbastro. Así que lo de Somontano surgió solo. Pensamos que existían muchas entidades que llevaban Somontano en su nombre, pero no una charanga”. En un principio formaban parte de ella doce personas, ahora diez.
La charanga más joven de este grupo son Los Metralletas, de Alcolea del Cinca. Actualmente la componen 14 miembros y sus orígenes comparten aspectos similares con los de El Pincho. Nos remontamos al año 2019 cuando un grupo de jóvenes de este municipio decidió, en una cena de amigos, crear una charanga. Sólo había un problema, que ninguno sabía tocar ningún instrumento. Pero eso no fue impedimento, puesto que acudieron a una tienda de música y cada uno seleccionó un instrumento. Gracias a la ayuda de Antonio Ríos, de la orquesta Ríos, cada uno aprendió a tocar las canciones. Desde entonces, la charanga ha ido incorporando nuevos miembros que sí que dominan algún instrumento o tienen nociones desde pequeños.
Por otro lado, el nombre de la banda también esconde una historia divertida. Jorge Martínez, uno de los componentes de Los Metralleta, la narra. “Al principio nuestro compañero de percusión solo sabía tocar una melodía, y esta sonaba como una metralleta. De hecho, una vez escuchamos un comentario en la calle que decía: ¡Qué malos son! Suenan como una metralleta. Nos hizo gracia y decidimos llamarnos así”, recuerda entre risas.
Los instrumentos y ensayos
Las cuatro charangas acuden a sus actuaciones con la formación típica de este tipo de bandas. Esto es, percusión por un lado, con el bombo y la caja, y por el otro los instrumentos de viento, trombones, trompetas, saxofones y helicón. A su vez, en la mayoría de ellas siempre van fijos nueve componentes de la charanga a las actuaciones.
No obstante, el volumen de ensayos de unas a otras varía un poco. En El Pincho de normal, se reúnen una vez al mes, aunque recientemente habían aumentado el nivel de ensayos debido al campeonato de Poza de la Sal y se juntaban una o dos veces a la semana.
Por otro lado, la FUNBAND ensaya todas las semanas, “o por lo menos lo intentamos”, detallan Caracciolo y Borbón. “Aunque siempre depende de la disponibilidad de los componentes, pero sobre todo en los meses previos a verano le damos mucha importancia porque debemos ensayar las canciones nuevas y todo el repertorio. Puede parecer poco, pero existe detrás un trabajo grande y los nuevos cuando llegan se pueden llegar a abrumar”, explican.
Una afirmación que su banda amiga, la Somontano, comparte. “Quedamos como mínimo un día a la semana. A veces cuando se acerca verano hacemos uno o dos ensayos en función de los bolos (actuaciones) que tengamos. Sobre todo, para reforzar los temas nuevos”, explica Fuertes. Y su compañero Sicilia explica: “Si no ensayas por lo menos una vez a la semana, a mí se me olvidan las melodías y sus letras… y luego me las invento. Es que tenemos unas cien canciones y adaptamos el repertorio según el público que tengamos”.
Por último, los Metralletas de normal ensayan una vez cada dos semanas, “aunque últimamente hemos aumentado el ritmo de reuniones porque nos estamos preparando para el concurso nacional de charangas que se celebra en Sotondrio, Asturias, el próximo 13 de julio. Asistiremos los 14 miembros de la charanga y en la actuación disponemos de media hora de escenario, por lo que hemos preparado una coreografía para que también sea vistoso. Una tarea que requiere trabajo”, explica Martínez.
Llega el verano…
Las charangas han aumentado su presencia en celebraciones durante todo el año: prebodas, bodas, comuniones, bautizos, e incluso una novedad que los compañeros de la Somontano nos desvelan: fiestas de despedida de casados. “Ahora cuando alguien firma el divorcio, contrata a charangas para celebrarlo. Nosotros ya hemos ido a alguna de estas fiestas”, comentan entre risas Fuertes y Sicilia.
No obstante, el verano sigue siendo el punto álgido en las agendas de las charangas. Principalmente porque todos los pueblos del Somontano celebran sus fiestas y no quieren perderse la oportunidad de bailar al ritmo de estas formaciones en alguno de sus días de programación. No obstante, aunque los entrevistados nos confirman que efectivamente se trata de días en los que acababan agotados, la alegría y satisfacción que sienten al terminar cada actuación, hacen que el sacrifico merezca la pena.
“En verano no paramos, pero es un sacrificio que hacemos a gusto. Cuando disfrutas, tampoco te supone tanto esfuerzo”, explica Mendoza, de El Pincho. Y añade: “Además, lo bueno que tiene nuestro verano es que al final del mismo llegan las fiestas de Barbastro, Monzón, Pilares… Por lo que nos vamos agotando, pero a la vez tenemos más ganas. Tocar en Barbastro y Monzón significa tocar en casa, nos hace mucha ilusión. También en Pilares, que supone una de las fiestas más grandes de España, y además con muchas charangas. Entonces acabamos cansados, pero también con ganas”.
Por otro lado, Leila Borbón, de la FUNBAND, confiesa que “en agosto no puedes más, pero luego te desintoxicas uno o dos meses y solo te acuerdas de lo bueno y la verdad es que la charanga te da momentos muy buenos. Los compañeros, los pueblos… Yo siempre digo que prefiero vivir las fiestas con la charanga y con el grupo que la formamos”.
Una opinión que su compañero, Alberto Caracciolo comparte. “Sobrevivimos al verano porque lo disfrutamos y por el compromiso. Si hacemos tantas actuaciones es porque los pueblos lo piden. Al final supone un compromiso que debemos cumplir. Por otro lado, llevamos muchos años y a veces te planteas si merece la pena, pero ves que la gente joven de los pueblos llega con ilusión y con ganas de disfrutar de la charanga y das el paso y continuas por ellos. Entre el compromiso, lo que te dan los pueblos, la energía de los compañeros nuevos… Es una balanza en la que pesa más lo bueno. Se acaba convirtiendo un poco en un estilo de vida”, corrobora Caracciolo.
Guillermo Fuertes, de la Somontano, revela que “los veranos suponen un sacrificio grande. Pero siempre acaba mereciendo la pena. Para nosotros lo primordial se centra en tener buen ambiente y pasárnoslo bien y hacer disfrutar a la gente”. Por otro lado, Jorge Martínez destaca la importancia de rotar entre los miembros de la charanga, sobre todo en las actuaciones veraniegas. Así como de la ilusión que a ellos también le supone tocar en casa, en Alcolea del Cinca.
Las canciones de las charangas
La mayoría conoce algunas de las canciones del repertorio habitual de una charanga y sabemos que no supone una tarea fácil elegir una favorita. Pero y las charangas, ¿tienen favoritas?
Los del Pincho confiesan que no, “aunque ahora, que preparamos un montaje para el concurso un arreglo de escenario, se ha convertido en mi favorito por el trabajo que nos ha llevado”. Mientras que los de la FUNBAND explican que les va a temporadas, “aunque a veces incluso las aborreces”. “De todas formas, puedes prepararte el ‘temazo’ que quieras, que luego el público te pedirá las canciones más tradicionales y se vuelven locos con ellas”, añade Caracciolo.
Jorge Martínez, de Los Metralletas, explica que su favorita es La ventanita “porque la tocamos con un ritmo ska”. “No obstante, el público siempre nos pide La cucaracha. Y yo me pregunto: ¿cómo puede ser que esta canción lo pete tanto? Pues siempre existe alguien que nos la pide”, comenta entre risas.
La favorita de Arsenio Sicilia es El chipirón y El cherokee y aprovecha para desvelarnos la favorita de su compañero: El tractor amarillo. “La gente nos pide mucho 15 de agosto y Paquito el Chocolatero, esas no fallan”.
¿Existe rivalidad?
Barbastro presume de tener tres charangas, más las de los alrededores que acechan como Los Metralletas o Band Diez, en Graus. ¿Existe rivalidad entre ellas?
“Por nuestra parte no. Lo fundamental para nuestro trabajo es el buen rollo, transmitir energía. Nosotros tenemos nuestro show e intentamos hacerlo lo mejor posible y que la gente se quede contenta. No nos preocupamos por otras charangas”, responde Mendoza, de El Pincho.
Alberto Caracciolo, de la FUNBAND, dice que “rivalidad como tal no. Al final los músicos disfrutamos tocando, pero siempre existe una parte inevitable: la comparación. Te comparas con otros, aunque no hagas lo mismo, y existirá gente a las que les gusta más una y viceversa. También cada charanga tiene a sus músicos, su repertorio, su espectáculo. Rivalidad no, pero comparación sí. Debemos respetarnos todos. No es una empresa en la que compitas, si al final existen más pueblos que necesitan charangas que grupos en sí”. Leila Borbón añade: “Y la comparación también es buena porque al fin y al cabo todos crecemos”.
Jorge Martínez, de Los Metralletas, lo define como “un pique sano. Yo, por ejemplo, que también toco en Mallazo, un grupo de rock de Monzón, comparto escenario con dos miembros de El Pincho, Jorge Abadías y Pablo Peirón, y siempre nos chinchamos entre nosotros. Además, esa competitividad nos ayuda a mejorar”.
Fuertes y Sicilia, de la Somontano, concuerda con sus compañeros. “Además, varios componentes de El Pincho o de la FUNBAND han pasado por nuestra charanga. Existe muy buen ambiente entre nosotros. Y cuando nos juntamos en actuaciones, tocamos juntos a veces. También entre nosotros nos intercambiamos miembros si lo necesitamos para alguna actuación, como con la FUNBAND”.
Las cuatro charangas terminan la entrevista ensalzando el apoyo que reciben del público aragonés. Una alegría y euforia compartida que hemos visto en los peñistas que se reunieron en Barbastro este sábado 1 de junio.