A pocas semanas de que comience el invierno, la esperada nieve llegaba a las montañas a finales de noviembre, dando esperanzas a un sector que tuvo que resignarse el año pasado, ya que la pandemia y las correspondientes restricciones llevaron a la decisión de permanecer cerrados. Con la apertura de Cerler y Formigal-Panticosa el pasado viernes, todas las estaciones altoaragonesas de esquí regresaron en plenitud a la normalidad después de un año de sequía por el covid. La citada resignación por no poder abrir los tornos durante la temporada pasada se ha transformado este puente festivo de la Constitución en ilusión y ganas pese a que la climatología no ha sido la mejor en muchos días.

Fuentes de la estación de esquí de Aramón Cerler apuntan a este periódico que se notaron “las ganas” en el regreso del esquí al Pirineo oscense aunque la “nota negativa” fue el pasado lunes, cuando la estación no pudo abrir por las fuertes rachas de viento que superaron los 100 kilómetros por hora. El martes, el sol se dejó ver por la estación pero luego por la tarde la nieve fue la protagonista. Pese a esta montaña rusa climatológica, desde Cerler aseguran que “la gente tiene ganas y eso es algo que se ha notado”.

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Los amantes de la nieve no han dejado pasar la oportunidad y aprovecharon al máximo el puente festivo más largo del año en el que una gran mayoría de establecimientos hoteleros y restaurantes colgaron el cartel de ‘completo’. La mayoría de esquiadores llegaron desde Zaragoza, aunque también hubo visitantes de fuera de la comunidad autónoma, como desde Lérida, “que al ser un trayecto corto es favorable” y también desde Madrid.

El tiempo no fue el mejor

La nieve caída en la noche del domingo y las fuertes rachas de viento con las que amanecieron Benasque y Cerler el lunes festivo, propició una caótica subida a Cerler debido a los vehículos que no llevaban cadenas. La Guardia Civil tuvo que intervenir en la rotonda antes de la subida a Cerler pidiendo a los conductores neumáticos de nieve o, en su defecto, cadenas para llegar hasta Cerler. 

Aunque la climatología respetó a los amantes de la nieve al inicio del puente (viernes y el fin de semana), el lunes se torció con la llegada del viento y la nieve. De hecho, la estación meteorológica de Cerler Cogulla, a casi 2.400 metros de altura, registró en la madrugada del lunes los 10,7 grados bajo cero, marcando la tercera temperatura más fría del país. El martes, por contra, los esquiadores sí que pudieron disfrutar del sol que iluminó las pistas de Cerler. 

En la zona oriental de la provincia, el temporal de nieve provocó limitaciones al tráfico en el tramo Montanuy-Castejón de Sos (N-260). En la red autonómica, fue necesario usar equipamiento invernal de Castejón de Sos a Benasque (A-139); de Benasque al Ampriu (A-2617); de Salinas a Plan (A-2609) y de Plan a Gistaín (A-2610). 

Las abundantes precipitaciones, unidas al fuerte viento (se midieron rachas por encima de los 100 kilómetros por hora en cotas altas), elevaron el peligro de aludes. Ante ello, el Gobierno de Aragón decidió cerrar el túnel de Bielsa (A-138) y el acceso a Llanos del Hospital de Benasque. De hecho, en Bielsa se produjo una avalancha en la parte francesa. El pasado viernes por la mañana dos esquiadores se salvaron de un alud provocado fuera de pistas en la estación de Astún.

Malestar en el sector

Otra de las notas a destacar durante este puente festivo ha sido el rifirrafe entre la Dirección General de Tráfico y el sector hostelero por el “alarmismo” que generó, según los hosteleros, la DGT con sus previsiones y recomendaciones. Y es que esta entidad recomendó adelantar el regreso a casa por las previsiones de nieve, precipitación que iba a caer hasta a 600 metros de altitud.

Y así fue, muchos turistas adelantaron el regreso a casa, con las correspondientes cancelaciones por las previsiones publicadas en las últimas horas, lo que acentuó el malestar en el sector de la nieve cuando el puente de la Constitución daba sus últimos coletazos. 

Nueva oferta en Cerler

La apertura del nuevo telesilla del valle de Castanesa fue la novedad en esta vuelta a las montañas de la estación de esquí de Cerler. El 50 aniversario de la estación se empieza a celebrar en diciembre con este nuevo proyecto hacia Castanesa, que todavía tendrá a medio plazo tres remontes más. Fuentes de Aramón afirman que esta es “una nueva posibilidad para todo el valle, compatible con la ganadería”. Los primeros esquiadores pudieron el sábado día 4 subirse a este nuevo telesilla rumbo al valle de Castanesa que se estrena con cuatro nuevas pistas: una azul, dos rojas y una negra. 

Así, Cerler estrenó el nuevo telesilla; un remonte de seis plazas que abre una nueva zona esquiable. Este es el inicio de una ampliación que hará posible los 100 kilómetros esquiables.

Durante la temporada la estación ribagorzana seguirá celebrando el medio de siglo de vida, aunque por el momento todavía no hay ningún evento confirmado.

En Sobrarbe

Sobrarbe es la única comarca del Pirineo que no cuenta con una estación de esquí alpino en su territorio. Pero eso no impide que los deportes de montaña estén muy cerca. De hecho, el esquí de fondo y raquetas son las principales apuestas en este territorio. José Manuel Bielsa, presidente de la Comarca, anuncia que, de hecho, están trabajando para promocionar estas opciones.

El valle de Pineta es un paraíso para los amantes del esquí de fondo. Una estación que se suma a las de alpino de las comarcas vecinas: Formigal, en el Alto Gállego; Cerler, en Ribagorza; y Piau-Engaly, en la vertiente francesa, pero a tan solo 28 kilómetros de Bielsa.

La Comarca de Sobrarbe, además, desde su Servicio de Deportes, tienen una línea de ayudas, dirigida a las asociaciones de padres y madres para financiar los viajes a la nieve de los más pequeños.