El cuartel General Ricardos es un emblema de Barbastro. El estado de los terrenos que actualmente ocupa no se asemeja con la gloriosa trayectoria que vivió este acuartelamiento. Los actos conmemorativos celebrados en su patio congregaban a miles de personas. Su cierre se sintió en la economía y en la población; al año siguiente del desmantelamiento, el número de habitantes en Barbastro tuvo un descenso cercano al millar.
La historia del cuartel comenzó con la donación de los terrenos del ‘Cantarigal’ en 1919 para satisfacer la reorganización militar en España. En enero de 1921 se colocó la primera piedra y las obras se dieron por finalizadas el 10 de julio de 1926. Así lo anunciaba El Cruzado Aragonés: “Según referencias dignas de crédito, hoy se han dado por terminadas las obras del magnífico Cuartel General Ricardos. Esperándose la llegada de la comisión encargada de recibirlas definitivamente”.
La primera unidad miliar que ocupó las instalaciones fue el regimiento 10 de artillera ligera. La última fue el Regimiento de Cazadores de Alta Montaña Valladolid 65. El 7 de diciembre de 1985, El Cruzado Aragonés dedica un artículo con motivo del día de la Patrona del Arma de Infantería, la Inmaculada Concepción, que coincide con el 65º aniversario de la construcción del cuartel General Ricardos.
Repasa la búsqueda que realizó el Ayuntamiento de un emplazamiento para un cuartel militar y añade que “Barbastro ha vivido identificado siempre con el Regimiento de guarnición y en más de una ocasión (toca madera) ha debido movilizarse al conocer la noticia de su traslado. Como muestra reciente la del año 1965 en que los buenos haceres de un barbastrense de pro y que por serlo siente a Barbastro con un afecto de la mejor ley, lograron frenar la marcha del Regimiento”.
Inquietud
“Más de cincuenta ayuntamientos de la zona, el de Monzón entre ellos, asociaciones, colectivos, instituciones y numerosos ciudadanos, han manifestado por escrito su inquietud”. De esta forma empieza una noticia de El Cruzado Aragonés el 4 de junio de 1994 donde se comienza a palpar el nerviosismo sobre un posible cierre del cuartel. En esa fecha, cuenta con 700 hombres, de los que un centenar son mandos que residen en la ciudad.
“Es una de las principales fuentes de ingresos, se calcula en torno a las 500 millones de pesetas las que deja el mantenimiento del Valladolid 65 al cabo del año”, añade. Esa inquietud se confirma meses después con el el denominado Plan Norte del Ministerio de Defensa, aprobado por el Consejo de Ministros, que “para 1996 disolverá, entre otros, el regimiento de Cazadores de Montaña 65 y su unidad de servicios acuartelada en Barbastro”. Para algunos soldados es “algo así como si te tiraran la casa donde has vivido parte de tu vida”.
Desde este momento, los entonces alcaldes de Barbastro, Mª Eugenia Claver y Rafael Fernández de Vega, tuvieron decenas de reuniones con representantes del Estado para evitar el cierre del cuartel pero se quedaron “en agua de borrajas”. A comienzos de 1995, el número de reclutas se redujo a la mitad. Curiosamente, las previsiones de cierre coinciden con una de las etapas en las que el cuartel cobró mayor protagonismo en 1995: “Barbastro y otros lugares del Pirineo son escenario del adiestramiento de tropas que irán a la antigua Yugoslavia y acogerá en noviembre maniobras de la OTAN”.
Despedida del cuartel General Ricardos
El General Jefe de la Brigada de Alta Montaña, Luis Palacios lzuasti, presidió los actos de despedida del Regimiento de Infantería ‘’Valladolid 65” y de la Unidad de Servicios del cuartel General Ricardos de Barbastro el 22 de junio de 1996, junto a su último coronel, Julián López Guarch.
Cerca de un millar de personas, asistieron a la despedida “de sesenta y ocho años de historia en la vida barbastrense”. El Ayuntamiento pidió, sin éxito, la reversión de los terrenos, valorados por Defensa en 1.700 millones de pesetas. Finalmente fue el Gobierno de Aragón quien los compró en 2006.
Las obras de demolición se iniciaron trece años después del cierre del cuartel. Solo tardaron dos meses en dejar los terrenos en escombros salvo el tapiado pabellón central. La fecha del 3 de junio de 2009 pasa a la historia local como referencia de uno de los momentos más tristes para la sociedad barbastrense.