Alto Aragón

Las acogidas saharauis sufren las consecuencias de las tensiones con Argelia

Los niños saharauis aterrizaron un mes más tarde de lo previsto a España, de los cuales 45 llegaron a Huesca

saharauis
Carmen Castán junto con Lala y el resto de su familia este verano. Foto: S.E.
Lucía Abadías
17 septiembre 2022

Dos años sin venir a España y veinte días menos de lo previsto. Carmen Castán, de Monzón, llevaba un mes esperando el regreso de Lala a España. Se conocieron cuando Lala vino por primera vez en 2019. Después, en febrero de este año fue ella quien viajó al Sáhara, y este verano la niña regresó.

“Le hicimos gafas y parches, pero no pudo volver a tener una revisión. En verano la seguridad social está más paralizada que el resto del año, y esto es un poco de lo que nos quejamos. Han venido menos días y afecta a las revisiones médicas”, declara Carmen. Aunque es cierto que vienen a disfrutar de la comida, la piscina y la compañía, estas visitas veraniegas buscan, principalmente, las revisiones médicas generales y la resolución de problemas más específicos.

Ahora que Lala ya ha regresado a los campamentos de refugiados de Tinduf, en el suroeste de Argelia, Carmen está decidida a profundizar en cómo las tensiones con Argelia han afectado también a los niños de los campamentos saharauis. Desde el programa de acogida Vacaciones en Paz, de Alouda, achacan diversos motivos al retraso en la llegada de los niños.

Concretamente, Ruth Franco, presidenta de Alouda, habla de un “cúmulo de circunstancias”. En primer lugar, declara que todos los trámites se iniciaron mucho más tarde que otros años: “Veníamos de dos años que no había habido programa a causa de la pandemia, y volver a reanudarlo costó mucho”. Añade que se tuvo que valorar la situación sanitaria en España, lo que implicó tomar la decisión “mucho más tarde”.

Por otra parte está la situación política. El pasado mes de marzo, España reconoció el plan de autonomía marroquí, que define el Sáhara Occidental como una región autónoma dentro de Marruecos. Argelia, que se sitúa del lado del Frente Polisario en la defensa de la autonomía total de los saharauis, anunció en junio la suspensión del Tratado de Amistad con España, que había estado vigente desde 2002. La aviación entre Argelia y España también quedó tocada en consecuencia. Motivo por el que, aseguran desde Alouda, “se retrasó todo muchísimo”.

Caída en las acogidas

Las cifras de acogidas saharauis en España son desesperanzadoras. Según Carmen Castán, en verano de 2010 llegaron 9.000 niños; en 2016 fueron 4.500; este año han sido 2.200. Por el contrario, Ruth Franco defiende que en Huesca la situación es la inversa, en la que este año han llegado 45 niños. “Se ha visto más en comunidades autónomas que tradicionalmente eran muy colaboradoras, como Andalucía y Canarias. En Huesca, cada año nos ponemos una meta y siempre conseguimos un poco más”, asegura.

Desde Vacaciones en Paz achacan esta bajada a las diferentes crisis económicas que ha sufrido España, así como a los casi 50 años que el pueblo saharaui lleva luchando por su causa. Concretamente, este año también ha influido la guerra de Ucrania, ya que se ha promovido enormemente la acogida de refugiados ucranianos.

El lado más humano

Para Carmen, Lala ha sido una fuente de aprendizaje. “Nos enseñan que lo importante en la vida es con quién, aquí tienen de todo, pero cada día por la noche preguntan cuánto les queda para volver. Ellos quieren volver a la nada, pero con los suyos”. Añade que, independientemente de su arraigo al Sáhara, Lala “es una disfrutona de la vida, es muy intensa y una fuente inagotable de energía”.

Declara que en su familia han encontrado en el pueblo saharaui un lugar por lo que luchar. “Antes de la acogida no teníamos ni idea. Es todo una eterna injusticia. Son muchos los que no han salido de allí y que nunca van a salir. La experiencia ha removido nuestras conciencias”.

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