El Gobierno de Aragón ha declarado las alfombras procesionales, como las que se crean para el Corpus Christi, Bien de Interés Cultural (BIC). Una costumbre arraigada en diferentes localidades a lo largo y ancho de la comunidad que hoy ha reconocido el Consejo de Gobierno.
En la provincia de Huesca, las más conocidas son las de Tamarite de Litera, pero también se realizan en otros lugares como Barbastro, Monzón Fraga o Jaca. En un ceremonial similar, las alfombras del Corpus que ahora se declaran Bien de Interés Cultural, cubren calles y plazas públicas por esta festividad. Se usan diversos materiales según la localidad, siendo frecuentes ramas, pétalos de flores, serrín, virutas de madera, papeles o granos de arroz, normalmente teñidos de colores.
Con estos materiales se forman dibujos vegetales, geométricos y escenas figurativas. Antes de la extensión de este material y en un trabajo en días previos, se eligen los temas, se dibujan y recortan sobre cartones-plantillas. Posteriormente, la noche previa a la procesión, se acoplan sobre los suelos y se procede a verter el material elegido, que se guarda en sacos.
Las alfombras del Corpus, Bien de Interés Cultural
El Gobierno de Aragón ha detallado la justificación para declarar Bien de Interés Cultural estas alfombras elaboradas, generalmente, en Corpus Christi. “Reúnen varias tradiciones”, indican. “La católica, que celebra la presencia y el Misterio de Cristo en la Eucaristía y la tradición barroca del teatro religioso barroco de los autos sacramentales ilustrando pasajes de la Biblia”. En otros lugares se ligan a la celebración del comienzo y despertar de la naturaleza en el solsticio de verano, asimilado en honor de San Juan Bautista.
Además, el Gobierno de Aragón indica que “este sincretismo cultural precristiano y cristiano le confiere una identidad mixta culturalmente muy potente”. Y en una tradición que ha evolucionado hasta la actualidad y que “se traduce en valores patrimoniales inmateriales muy respaldados por la comunidad portadora”.