De Quebec a Barbastro, el programa de doctorado de Culturas Medievales de la Universidad de Barcelona condujo a Marianne Blanchard al Museo Diocesano de Barbastro-Monzón. Su tesis sobre las cajitas de consagración, lipsanotecas, de Aragón y Cataluña pretende censar y clasificar estos humildes y desconocidos objetos que contenían reliquias, documentos e incluso tejidos, algunos de origen musulmán. “Quiero analizar y explicar la relación que tenían con el ritual de consagración de las iglesias, momento en el que éstas eran depositadas dentro del altar”, resume.
¿Por qué está estudiando las tecas del Museo Diocesano?
Uno de los objetivos de mi tesis es realizar un censo de todas las lipsanotecas que se conservan en Cataluña y Aragón. Precisamente, el Museo Diocesano tiene una importante colección: un total de 21 lipsanotecas medievales, la mayoría de ellas del siglo XII, junto a dos de época moderna. Me interesa estudiarlas para establecer una tipología y observar la difusión por épocas y por territorios de los diferentes tipos. A su vez también estoy estudiando los pergaminos y las reliquias que contienen estas lipsanotecas y sus inscripciones. Finalmente, me interesa analizar las cartas de consagración que conserva el Museo.
¿Cómo se materializa esa labor?
En primer lugar, mi trabajo ha consistido en mirar cada una de las lipsanotecas y anotar sus diferentes marcas de uso y el estado en el que se encuentran. Por ejemplo, algunas tienen marcas de cera, marcas de usos múltiples, inscripciones o decoraciones. En segundo lugar, tomé las medidas e hice una descripción global de los objectos, que registré en una base de datos. Finalmente, tomé algunas fotos de las lipsanotecas, tanto generales como detalladas, que me serán muy útiles cuando haga el análisis de los objetos e intente hacer comparaciones con otras conservadas en otros museos.
¿Qué opinión le merece el conjunto de lipsanotecas que se expone en Barbastro?
La colección de tecas del Museo es una de las mejores colecciones, no solo por su cantidad, sino también porque las piezas están bien cuidadas y su contenido se conserva. Esto facilita muchísimo su estudio y contextualización.
¿Considera que el público, en general, conoce la importancia histórica de estas piezas?
Estos objetos son prácticamente desconocidos fuera del mundo académico. Son pocos los Museos que los tienen exhibidos y muchos menos los que los acompañan con una buena descripción. El Museo Diocesano de Barbastro, junto con el de Girona y Vic, constituyen un caso excepcional y dan a estos objetos la relevancia que merecen. Seguramente por el hecho que no son unas piezas excelentes a nivel estético ha servido para justificar la poca atención que se les ha prestado. Cabe decir que estas cajitas eran los objetos más sagrados que podía tener una iglesia. Eran las reliquias del altar lo que dotaba de sacralidad a la iglesia. Espero que con mi investigación algunos museos puedan revalorizar las colecciones de lipsanotecas que conservan y darlas a conocer al público.
En el estudio sobre el terreno, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención de estas piezas?
Le parecerá extraño, pero me ha llamado la atención la medida que tienen los huecos de las lipsanotecas aragonesas para guardar las reliquias. Por alguna razón que todavía no sé explicar, las cajitas tienen una medida estándar, pero sus huecos son mucho más pequeños que las lipsanotecas catalanas o las francesas. Las reliquias que estas contenían deben haber sido muy pequeñas. Obviamente, las inscripciones de estas lipsanotecas también han sido fruto de mi interés. Mi preferida (y la más problemática) es la lipsanoteca de San Esteban de Ardanué. La inscripción está cortada, justo por el hueco que se hizo para introducir las reliquias. Eso quiere decir que la inscripción es anterior a la confección del agujero, pero todavía no podemos decir por qué fue hecha así.
También ha podido disfrutar de otros espacios expositivos de este Museo. Como historiadora, ¿qué le han parecido?
El Museo de Barbastro-Monzón tiene unas instalaciones increíbles y una importante colección de arte medieval. Sus objetos están muy bien expuestos y les acompaña siempre una buena explicación. Sólo puedo concluir esta entrevista diciendo que mi visita ha sido muy enriquecedora y estoy agradecida por la atención y la confianza recibida por el personal del Museo.